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Los efectos indirectos de la guerra en Gaza son de gran alcance, y los grupos terroristas han amenazado con atacar a los aliados de Israel. Como informó NBC News la semana pasada: “Al menos seis capitolios estatales en todo Estados Unidos se vieron obligados a evacuar los edificios el miércoles por la mañana debido a amenazas de bomba” (3 de enero de 2024). Georgia, Mississippi, Michigan, Kentucky, Maine y Montana tomaron en serio sus amenazas y evacuaron brevemente a todo el personal de los edificios de los capitolios estatales, mientras investigaban minuciosamente cada amenaza para verificar que cada una de ellas fuera realmente un engaño. Aunque las amenazas eran falsas, la intención de los perpetradores de infundir miedo e incertidumbre tuvo éxito.
Durante los últimos siglos, mientras se desarrollaban guerras y enfrentamientos en Europa y Asia, los Estados Unidos y Canadá estaban bien protegidos por los océanos Atlántico y Pacífico. Esto ha contribuido a una sensación de seguridad e incluso de invencibilidad. Pero, en la era moderna, los océanos ya no brindan la misma protección. Dios prometió que si sus pueblos israelitas (y sus descendientes) le obedecían: “daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante” (Levítico 26:3, 6). Sin embargo, Dios también advirtió que si estos pueblos no le obedecían: “enviaré sobre vosotros terror… y huiréis sin que haya quien os persiga” (Levítico 26:16-17). Estos pueblos de descendencia israelita (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y muchas naciones de Europa occidental) rechazan las leyes de Dios cada vez más, y como resultado, debemos esperar ver más de las maldiciones que Dios profetizó, incluidas las amenazas y los actos de terrorismo. Para conocer más sobre lo que le depara el futuro a las naciones israelitas modernas, lean Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía.