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Si usted le pregunta a mi primo sobre la lealtad, él le contaría sobre la operación de un puesto de ametralladoras durante la Segunda Guerra Mundial en una isla del Pacífico. Durante un ataque del enemigo, su compañero lo abandonó, y lo dejó para que se defendiera el solo. Mi primo fue herido gravemente, y aunque vivió y pudo regresar a casa, esa experiencia lo dejó discapacitado y sintiendo amargura por el resto de su vida. ¿Pueden las pruebas y la traición afectarlo a usted de la misma manera?
Hay una comparación interesante entre mi primo y su compañero. Ambos eran soldados, ambos llevaban el mismo uniforme y ambos tenían el mismo entrenamiento. La diferencia era que uno permaneció en su puesto asignado y el otro renunció en el momento más candente de la batalla. Cuando el mundo enfrente un momento de prueba, todos debemos hacernos la pregunta: "¿Qué voy a hacer en el momento de la verdad?"
Algunos que se llaman a sí mismos cristianos simplemente tienen conocimiento (algunos saben lo que la Biblia dice), mientras que otros son cristianos conversos (conocen y practican lo que conocen). El objetivo principal de los verdaderos cristianos es aprender y vencer al mundo con ese conocimiento, para poder experimentar una verdadera conversión. A lo largo del camino, muchos han enfrentado, y enfrentarán acusaciones, traiciones y heridas. ¿Cuándo usted hace frente a las dificultades, recuerda usted que otros han tenido experiencias similares, o tal vez peores? Aprender a perdonar es parte del entrenamiento cristiano, y para que ese entrenamiento realmente "tenga efecto", a veces debe ejercitarse en el campo de batalla mientras se enfrenta al enemigo.
Cuando el ser humano recibe una amenaza de algún tipo, generalmente prefiere quedarse en su "zona de confort", una zona en la que se sienta protegido, donde pueda defenderse de heridas o traiciones por si alguien intenta aprovecharse de el de alguna manera. Pero, cuando Dios nos llama, nos instruye a perdonar y a aprender a poner la otra mejilla, y esto es muy difícil de hacer. La naturaleza humana tiende a aferrarse a las ofensas, a guardar rencor y a vengarse. Pero la Biblia advierte que este enfoque termina en amargura y muerte, e incluso puede contaminar y robarle el regalo de la salvación a los verdaderos cristianos (Efesios 4:31 y Hebreos 12:15).
El camino de Dios trasciende estas actitudes carnales redefiniendo las reglas por las que vivimos y promoviendo la lealtad y el amor desinteresado. Amor y lealtad son palabras que tienen mucho en común. Ser fiel es ser leal y amar también envuelve fidelidad. Debido a la degeneración de nuestra sociedad, ahora la palabra "amor" es confundida comúnmente con atracción física, deseo sexual y hasta con pasiones perversas y obsesivas. Sin embargo, la lealtad y el amor cristianos se elevan por encima de estas formas equivocadas del uso de esta palabra. En 1 Corintios 13, encontramos lo que se conoce como el capítulo del amor. El capítulo termina con el versículo 13, "Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor". Aprendemos mucho más cuando leemos y analizamos todo el capítulo. El amor descrito en los versículos 4-8 es verdaderamente difícil de encontrar, un amor desinteresado que "nunca falla" y que piensa en los demás sin esperar nada a cambio.
Esta es una clase de amor que requiere perdón, aun cuando otras personas no nos soporten, nos odien y nos consideren sus enemigos. Dios mostró este amor plenamente cuando envió a su hijo para que diera su vida por un mundo que lo odiaba (Juan 3:16).
¿Ha encontrado la fuerza para perdonar a aquellos que abandonaron su puesto o responsabilidad en esta vida? ¿Ha abandonado usted a alguien? Esto puede hacer una gran diferencia entre la amargura y la derrota, y un puesto permanente y eterno en el Reino de Dios. Lea nuestros folletos, El Maravilloso Mundo de Mañana ¿Cómo será? y Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo; estos le ayudarán a aprender más sobre el amor y la lealtad de Dios, y la recompensa que él está preparando para aquellos que le son leales.