Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
Si usted tiene el hábito de decir mentiras, entonces no solo le “va a crecer la nariz”, este no puede ser su único problema. Así lo afirma la investigadora Susan Guibert. Una nueva investigación de la Universidad de Notre Dame fue presentada en la convención anual de 2012 de la American Psychological Association, revela que las personas que fueron capaces de reducir el número de mentiras que dijeron durante un período de diez semanas experimentaron que su “salud física y mental mejoró significativamente." ¿Interesante?
El "grupo que no miente" del estudio informó que había experimentado "... menos quejas de salud mental, como sentirse tenso o melancólico, y ... un menor número de síntomas físicos, como dolores de garganta y dolores de cabeza ..." Los participantes en el estudio reportaron los beneficios en la salud como un efecto inmediato por reducir las mentiras. Gran parte de las mentiras reportadas incluían las que algunos pueden pensar que son "mentiras piadosas", como hacer falsas excusas de no completar una tarea o exagerar los logros obtenidos durante el día.
Linda Stroh, profesor emérito de la Universidad de Loyola en Chicago, señaló que el conflicto residual creado en nuestra mente producido por mentir genera cantidades de estrés nada saludables. "Puede probarlo, cuando no miente, tiene menos estrés", dice ella. "Siendo muy conflictivo añade una cantidad excesiva de estrés a su vida" ("Estudios confirman que evitar las mentiras puede mejorar su salud," USA Today).
No obstante, en el mundo laboral competitivo de hoy en día parece que hay una amplia justificación para mentir. En los últimos años las noticias nacionales han informado sobre compañías Fortune 500 que mienten acerca de sus finanzas, profesores de universidad y directores generales que mienten en sus resumes.
¿Es esta la nueva "norma" para hacer negocios, o hay todavía lugar para la honestidad? Afortunadamente, la honestidad sigue encabezando muchas de las listas relativas de rasgos de carácter deseables. Saber que su líder, ya sea en la política, la religión o los negocios es honesto y confiable llena a las personas de esperanza y el deseo de seguirlo, incluso en tiempos turbulentos. La honestidad es un pilar de todo matrimonio feliz, y una base sobre la que se asientan todos los demás valores.
El carácter de una persona se mide por el nivel de honestidad que demuestra cada día, independientemente de sus circunstancias. De hecho, la única manera de lograr el crecimiento personal es evaluar honestamente y con coraje los desafíos de la vida.
Entonces, ¿por qué mentimos? Una persona que tenga lógica, debe ser capaz de sopesar los riesgos y beneficios de la mentira y parar.
El hecho es que mentimos porque estamos más preocupados por nuestra propia autoestima y el sentido de importancia, a pesar del hecho que va en contra de las enseñanzas de la Biblia. Mentimos, porque preferimos quedar bien delante de nuestros jefes, nuestros colegas y nuestras propias familias que hacer lo correcto y decir la verdad.
Sir Walter Scott, en su poema épico sobre la batalla de Flodden, escribió una estrofa de la cual el significado es, básicamente, que la mentira engendra más mentiras, y que enmascarar mentiras con más mentiras crea una situación cada vez más compleja de falsedades. En verdad las personas que mienten una vez por lo general tienen que mentir la segunda vez con el fin de cubrir la primer mentira, lo que es verdaderamente ¡un generador potencial de estrés!
Hay una manera de evitar esto, y es una forma de vida que difiere de la “norma”. Podríamos hacer la firme determinación de no mentir y no cansarse de hacer lo bueno (Gálatas 6: 9). Piense en lo que sería nuestro mundo si toda la sociedad siguiera el sencillo principio de la honestidad. Honestidad en la publicidad, en la política, en las etiquetas de los productos, así como la honestidad en las relaciones personales y de negocios es parte de la regla de oro, tratar a los demás como a usted le gustaría que los demás le trataran.
Muchos de ustedes reconocerán que la mentira no forma parte de los Diez Mandamientos de Dios. Si desea más información sobre los riesgos y beneficios asociados con la obediencia a la ley de Dios, ordene nuestro folleto Los diez Mandamientos, ¡el cual es gratuito y sin compromiso, honestamente!