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Durante mucho tiempo, María, la madre de Jesús, ha sido glorificada por la Iglesia Católica y hasta por muchas denominaciones protestantes.
Aunque murió hace unos 2.000 años, la popularidad de María va en aumento. Actualmente, la Iglesia Católica sostiene cuatro dogmas sobre la madre de Jesús:
1) Su papel maternal en el nacimiento de Cristo, el Hijo de Dios, haciéndola la verdadera madre de Dios, (Theotokos, Concilio de Éfeso, 431).
2) Su virginidad perpetua (Primer Concilio Lateranense, 649).
3) Su inmaculada concepción (Pío IX, proclama ex cátedra, 1854)
4) su asunción al cielo (Pío XII, proclama ex cátedra, 1950).
Ahora, ¡la Iglesia Católica está lista para añadir un quinto dogma: su papel como madre espiritual de toda la humanidad! (Zenit.org, 1 de marzo).
Hace mucho tiempo, el Eterno proclamó los diez mandamientos desde el monte Sinaí. El primero de ellos es: "No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxodo 20:3). Años después de la muerte de Cristo, Juan fue inspirado a escribir: "Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo…" (Juan 3:13). Cristo y el Padre componen la Deidad. Cristo también claramente dijo que Dios es el único a quien debemos servir (Mateo 4:10).
Es muy interesante ver cómo la Iglesia Católica trata de realzar el papel de María en su intento por adoptar un papel más amplio en la religión del mundo. Históricamente, la Iglesia romana ha tomado sobre sí la prerrogativa de elevar a los seres humanos a un nivel divino y en el caso de María, a un nivel de igualdad al Padre. ¡El verdadero Padre espiritual!