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Según el organismo de control ambiental Amigos de la Tierra, Oriente Medio (ATOM), "el Jordán podría secarse antes del 2011".
Más del 98% de su caudal es desviado por Israel, Jordania y Siria. Un informe presentado en Ammán señaló: "El flujo restante se compone principalmente de aguas residuales, estanques de agua para peces, escorrentía agrícola y agua salada".
Hace 150 años el río tenía rápidos y cascadas. Hoy es un riachuelo de pocos metros de ancho. Después de que su corriente era de 1.300 millones de metros cúbicos, hoy apenas llega a 20 ó 30 millones. Una represa al sur del mar de Galilea corta la corriente y lo que queda es un flujo de aguas residuales de una tubería bajo la represa. En el valle del Jordán ha desaparecido como la mitad de la biodiversidad. Expertos temen que se seque por completo cuando Israel deje de lanzarle sus aguas residuales (AFP, 2 de mayo).
Las Escrituras revelan que cuando Cristo regrese a la Tierra, restablecerá su templo y de él saldrá un río de aguas vivas que devolverá la vida a las tierras circundantes y finalmente al "mar Grande" y a los océanos del mundo (ver Ez. 47:1-12, Zac. 14:8). La Tierra ciertamente clama por su pronta liberación (Ro. 8:19-23). ¡Roguemos a Dios para que pronto llegue ese día!