Lluvia e inundaciones

Enero fue testigo de devastadoras inundaciones en Australia.

Colombia ha continuado sufriendo "una de las más torrenciales lluvias" en su historia, con cientos de personas muertas, más de 140.000 viviendas dañadas o destruidas y más de tres millones de personas afectadas (Seattle Times, 29 de abril). El centro de los EUA también se encuentra inundado. Un titular informa: "Pronóstico: Casi la mitad de los EUA está en riesgo de inundaciones primaverales" (USA Today, 18 de marzo).

Ante el derretimiento de nieve y fuertes tormentas, el Cuerpo de Ingenieros de los EUA "abrió una amplia sección en un dique del río Misisipi en un intento por salvar varios pueblos de Illinois y Kentucky…" Un funcionario estimó que la acción "causaría US$1 mil millones en daños a la propiedad", al inundarse más de cuarenta mil hectáreas de tierras de cultivo y destruir centenares de hogares (Reuters, 3 de mayo).

Las autoridades aún esperan una oleada de inundaciones no vista desde 1927 (PA, 3 de mayo). Más de 12 millones de personas viven a lo largo del Misisipi, columna vertebral del comercio en la región central de los EUA. Y la región provee más de US$7 mil millones en productos agrícolas y forestales (www.visitbimiji.com, 4 de mayo).

Los meteorólogos predicen para este año la continuación de condiciones mundiales "extremas", con graves inundaciones y fuertes lluvias en algunas regiones, mientras que en otras regiones habrá intensas sequías (Guardian.co.uk, 4 de febrero).

Dios predijo hace mucho tiempo que una de las señales del fin de esta era sería sequías en algunas ciudades, mientras que en otras ciudades habría lluvias e inundaciones (Am. 4:7-9). Además, debido a los pecados, Dios promete herir "con viento solano, con tizoncillo y con granizo" devastador (Hag. 2:17).