¿Hambre en los Estados Unidos?

El 8 de julio las estadísticas del presupuesto de los EUA revelaron un ligero aumento en la tasa oficial de desempleo de un 9,2%.

Los EUA ofrecen a muchas personas un programa de "cupones de alimentos" diseñado para proveer la subsistencia mínima. Durante la reciente recesión, la participación en este programa se ha disparado. Desde abril del 2011, casi 45 millones, o uno de cada siete estadounidenses (14%) participan en el programa de cupones de alimentos. Del 2008 al 2010 el costo anual de este programa casi se ha duplicado, de $35 mil millones a $65 mil millones.

El administrador del programa estima que solo dos terceras partes de las personas elegibles se están sirviendo del programa. La preocupación es qué podría pasar con el programa, si se degrada la calificación de los bonos de EUA. Muchos sugieren que si esto ocurre, el desempleo aumentará y habrá una mayor demanda del programa. Al mismo tiempo, los fondos para el programa se pueden cortar con el fin de ayudar a "balancear el presupuesto" (The Economist, 14 de julio).

Es desalentador ver a tanta gente depender para su alimentación de un gobierno en decadencia. Conforme pasa el tiempo y el gobierno de EUA tenga mayores problemas de deuda y un dólar que sigue bajando, la situación podría tornarse peligrosa. Dios profetizó que vendrían tiempos difíciles para las naciones israelitas, por haber rechazado a Él y sus caminos: "Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice el Eterno" (Am. 4:6).

Se prevé un futuro difícil si las naciones no se vuelven a Dios. Sin embargo, habrá un tiempo de abundancia para el mundo: "He aquí vienen días, dice el Eterno, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán" (Am. 9:13). ¡No habrá más hambre! Que Dios traiga pronto ese tiempo de paz y abundancia por el cual el mundo "gime" desesperadamente (Ro. 8:19-23).