¡Crisis financiera pide la unificación de Europa!

Los estudiosos han señalado que las crisis anteriores han impulsado la integración europea.

La semana pasada en Berlín, el excanciller alemán Gerhard Schroeder pidió la creación de los "Estados Unidos de Europa… para evitar futuras crisis económicas", afirmando que "debemos renunciar a la soberanía nacional" en favor de un gobierno común (Reuters.com, 4 de septiembre).

En París, el exjefe del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dijo que el proyecto europeo estaba "incompleto" y que la UE requería un "gobierno federal con un ministro de finanzas" (euobserver.com, 6 de septiembre).

En Australia, el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, señaló que para tratar con la crisis de la deuda europea se requiere "una mayor integración, al menos para la eurozona" (euobserver.com, 7 de septiembre).

Estas declaraciones hacen eco a lo que el exministro de defensa alemán, Joschka Fischer, dijo al Parlamento Europeo, que los "Estados Unidos de Europa es la única manera de preservar la influencia europea en el mundo" y que "los futuros pasos para la integración necesitan una unión política" (euobserver.com, 12 de enero).

En Nueva York, un funcionario de Citigroup dijo que "la eurozona se vendrá abajo a menos que los miembros se fusionen tanto en lo fiscal como lo político" (euobserver.com, 21 de abril del 2010).

Un exprimer ministro belga escribió que una UE federal es "la única opción" y podría consistir en un núcleo de 12 estados de la eurozona con el título de "Estados Unidos de Europa", rodeado de otros estados más débiles (euobesrver.com, 1 de diciembre del 2005).

Los estudiosos han señalado que las crisis anteriores han impulsado la integración europea; esta crisis ofrece otra oportunidad para una mayor integración. Ante estos sucesos, recordemos que las profecías bíblicas predijeron un poder de la "bestia" de corta duración (3 años y medio) de 10 reyes (líderes o naciones) que surgirá en Europa justo antes del retorno de Jesucristo (Dn. 2 y 7; Ap. 17) y su aparición será repentina (Ap. 13:3). ¡Velemos para no ser sorprendidos!