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A medida que el parlamento de Nueva Zelanda presiona para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, la caída de la nación en la inmoralidad se acelera.
Hace poco cuatro comisionados despejaron el camino para la construcción en Auckland de un complejo de entretenimiento de quince pisos que contará con varios burdeles (Steve Hopkins, "Central Auckland Super Brothel Approved", 30 de noviembre). El complejo se construirá frente al ícono de Auckland, la Sky Tower, en el corazón de la ciudad. Esos "negocios turbios" ya no se ocultan en algún callejón, ¡ahora están abiertamente disponibles en el centro de la ciudad! À pesar de más de 200 oposiciones al burdel, los comisionados dieron su aprobación al complejo, haciendo caso omiso de las preocupaciones morales y afirmando que ellos no "ven cómo el burdel propuesto podría… causar serias ofensas al público" (ibídem.). Aunque para el sistema gubernamental de Nueva Zelanda puede no ser problema la inmoralidad sexual y la prostitución, para el Dios de la Biblia ciertamente lo es (véase Proverbios 23:27-28). La prostitución estaba prohibida en el antiguo Israel con una severa advertencia a obedecer las leyes de Dios: "para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad" (Lv. 19:29). Trágicamente, Nueva Zelanda está siguiéndoles los pasos a Estados Unidos e Inglaterra, hundiéndose en una inmoralidad públicamente sancionada. Gracias a Dios esta caída a la inmoralidad será detenida y revertida al regreso de Jesucristo.—Dan Bennett, Paul Kearns y Scott Winnail