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Irónicamente, mientras el matrimonio entre personas del mismo sexo es legalizado, las parejas homosexuales se sienten cada vez menos seguras de casarse (Associated Press, 24 de octubre del 2014).
"Cuando el matrimonio homosexual fue legalizado en Pennsylvania a principios de este año, Elissa Goldberg estaba dispuesta a decir: ‘sí, acepto’. Sin embargo, la reacción de su pareja de mucho tiempo fue: ‘Yo no estoy tan segura’" (ibídem). Las parejas homosexuales están poniendo en duda si deben casarse legalmente, a pesar de que la mayoría de los estados ahora permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo [hasta ahora 30 estados] (ibídem). Un abogado de derechos de familia, comentó: "Con los derechos vienen las responsabilidades… Cuando se casan legalmente… tienen ciertas obligaciones para con el cónyuge" (ibídem). Un número creciente de parejas homosexuales están haciendo acuerdos prenupciales en caso de un futuro divorcio. Y más están optando por no casarse y solo "vivir juntos" para evitar el compromiso requerido por el matrimonio legal (ibídem). Después de todos los esfuerzos y clamor para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, ¿no es de extrañar que las personas no tengan el deseo y el carácter de hacer un compromiso de por vida? Curiosamente, "las parejas del mismo sexo que viven juntas son al menos cuatro veces tan probables como las parejas de distinto sexo a rechazar el matrimonio, incluso cuando está disponible para ellos" (Christian Post, 27 de septiembre del 2014). Dios estableció el matrimonio con Adán y Eva, y reveló leyes para proteger el matrimonio (no adulterar o fornicar, Éxodo 20:14). Dios también prometió que si obedecemos sus mandamientos, seremos bendecidos (Levítico 26:1-13). Para más información sobre cómo tener un matrimonio feliz, lea nuestro artículo, "Cinco manera de enriquecer su matrimonio".