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Después de 54 años de animosidad, Cuba y EE.UU. "formalmente se restauran las relaciones diplomáticas después que entró en vigor un acuerdo alcanzado el año pasado dejando de lado décadas de hostilidad.
Justo después de la medianoche hora local [20 de julio del 2015], las misiones diplomáticas de cada país se convirtieron en embajadas con pleno poder. La bandera de Cuba fue izada el lunes en la nueva embajada de Cuba en Washington… En el exterior de la embajada, un grupo de personas vitoreaban mientras se interpretó el himno nacional cubano y tres soldados cubanos estuvieron en posición de atención mientras se izó la bandera cubana" (BBC News, 20 de julio del 2015). Mientras muchos se regocijan con esta noticia, muchos están preocupados y se preguntan qué traerá este cambio geopolítico. Lo que muchos no saben es que Dios está guiando activamente el curso de la historia de acuerdo a su plan (ver Daniel 4:17, 25, 35). Desde hace tiempo las profecías bíblicas han predicho que justo antes del retorno de Jesucristo, "será predicado este evangelio del reino en todo el mundo… y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14). El verdadero evangelio no trata sobre ir al cielo (Hechos 2:34; 13:36; Juan 3:13). Trata sobre un gobierno mundial venidero que será establecido por Jesucristo a su retorno que traerá paz a esta Tierra (Isaías 9:6-7; Apocalipsis 11:15-18). La apertura de Cuba podría abrir la puerta a ese poderoso mensaje para un pueblo que necesita justicia, misericordia y verdad. Para aprender más acerca de cómo Dios influye directamente en los asuntos humanos, lea nuestro artículo "¿Guía Dios los asuntos mundiales?"