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"Alrededor del 90% de las aves marinas han comido plástico y es probable que todavía tengan parte en sus intestinos, estima un nuevo análisis. El estudio llega a la conclusión de que las situaciones continuarán empeorando hasta que se tomen medidas para detener el flujo de residuos a los océanos. El investigador Erik Van Sebille dice que los océanos están llenos de plástico y que es "casi seguro" que cualquier ave marina que se encuentre muerta en el 2050 ‘tenga algo de plástico en su estómago’" (BBC, 31 agosto del 2015).
Cerca de ocho millones de toneladas de residuos plásticos terminan cada año en los océanos, y el plástico se descompone muy lentamente. "En la actualidad, cada océano está lleno de plástico. Algunos tienen más que otros, pero lo que encontramos es que incluso los océanos que no son conocidos por su plástico, tienen algo de plástico y puede ser donde se hace realmente más daño porque es ahí donde viven la mayor parte las aves marinas" (ibídem). Cuando Dios creó a Adán y Eva, los puso en el huerto de Edén y ordenó que "lo labraran y lo guardasen" (Génesis 2:15) y se señorearan de los animales (Génesis 1:26-28). Sin embargo, la humanidad ha fracasado estrepitosamente en esta responsabilidad, tanto es así, que el apóstol Pablo observó: "Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora" (Romanos 8:22). La Tierra y sus criaturas claman por paz, orden y protección. ¡Es por eso que "el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios" (v. 19)! Toda la creación de Dios, incluyendo los animales y el medio ambiente, esperan el tiempo en que se reine de manera responsable en justicia, como Dios originalmente ha previsto. Para echar un vistazo a este maravilloso tiempo venidero cuando incluso los animales estarán a salvo y en paz, lea El maravilloso mundo de mañana.