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"Robert Glasser, el representante de la secretaria general de la reducción de riesgo de desastres [de las Naciones Unidas], dijo que con la falta de reacción a nivel mundial a las emergencias humanitarias, las cosas solo pueden empeorar si se considera la presión del creciente cambio climático.
También predijo que habrá un aumento en el número de desastres simultáneos. ‘A medida que las probabilidades de que ocurra cualquier acontecimiento aumenten, las posibilidades de que sucedan dos al mismo tiempo son más probables. Estamos presenciando muchos más ejemplos de crisis en cascada, donde un desastre dispara otro, el cual dispara otro’" (The Guardian, 24 de abril del 2016). "Glasser hizo referencia a Siria, cuando los años de sequía prolongada llevaron a una migración masiva de la población de las zonas rurales hacia las ciudades, donde luego se desató una guerra civil" (ibídem). Hace casi dos mil años, Jesucristo profetizó que en los postreros días habrían grandes desastres, incluyendo guerras, epidemias, terremotos y hambrunas (Mateo 24: 3-8; Marcos 13: 4-8; Lucas 21: 7-11, 25). La Biblia también predice sobre una enorme pérdida de vidas debido a estos desastres inminentes (Apocalipsis 6:3-11). Es preocupante cuando las predicciones de los expertos dirigentes mundiales comienzan a asemejarse a los mismos desastres mundiales que están profetizados en la Biblia. Para una visión positiva de lo que vendrá en el futuro, vean "¿Hay esperanza para la humanidad?"