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¿Por qué hay tantas religiones en el mundo? ¿Por qué hay tantas ideologías en conflicto, que compiten por ganarse la lealtad de la gente? ¿Y por qué han fracasado vez tras vez los esfuerzos del hombre por alcanzar la paz y la felicidad? ¡La Biblia revela la respuestas a estas graves preguntas en sus profecías que hoy mismo están cobrando vida!
Aunque para muchos las Sagradas Escrituras no pasan de ser una simple colección de mitos y leyendas, la verdad es que ellas revelan por qué el mundo es como es y explican lo que depara el futuro. La Biblia describe en recios términos a un ser espiritual poderoso conocido como el "diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero" (Apocalipsis 12:9). La Biblia se refiere a este ser por varios nombres: Lucero, Satanás, el diablo, el maligno, el gran dragón y la serpiente antigua (ver Isaías 14; Mateo 6:13).
También se describe a Satanás como "el dios de este siglo" que ha cegado a los seres humanos ocultándoles la verdadera fuente de la verdad (2 Corintios 4:3-4), como el "príncipe de este mundo" (Juan 14:30) y el "príncipe de la potestad del aire" (Efesios 2:2), Satanás influye en los procesos mentales de los hombres transmitiéndoles sus ideas distorsionadas, que la gente incauta recibe en su mente y cree, suponiendo, que son sus propias ideas. Esta es la fuente última de las perversiones que han influido en tantas religiones, ideologías y culturas del mundo. Siendo Satanás, como lo indica la Biblia, homicida y mentiroso, y siendo el "padre" de la mentira (Juan 8:44), ¡no debe extrañarnos que a lo largo de su historia el mundo haya padecido tantos problemas, tragedias y derramamiento de sangre!
La Bibliaseñala que al final de cuentas hay solamente dos caminos de vida: el camino divino verdadero y correcto, y el camino satánico del error y la maldad. El libro del Génesis revela que Satanás engañó a los primeros seres humanos, induciéndolos a escoger sus mentiras y a rechazar el camino de Dios; el sendero escogido les pareció llamativo pero los condujo a graves problemas (Génesis 3; Proverbios 14:12).
Cuando Dios se manifestó a los egipcios por intermedio de Moisés, los líderes religiosos egipcios no tardaron en ver que sus propios dioses eran impotentes ante el Dios verdadero (Éxodo 8:19). En el libro de Isaías, el Dios de la Biblia se mofa de los ídolos inútiles fabricados por hombres que eran objeto de culto entre las naciones paganas (ver Isaías 44:9-11; 46:5-11). Es interesante que, según narran las Escrituras, el rey babilónico Nabucodonosor llegó a reconocer al Dios verdadero y a confesar que efectivamente lo era (ver Daniel 4:34-37).
En el primer siglo de nuestra era, el apóstol Pablo observó que los griegos de Atenas, siendo idólatras, tenían un monumento al "dios desconocido"… y procedió a decirles quién es ese Dios (Hechos 17:16-34). En su carta a los Romanos, el apóstol habló contra los maestros paganos desorientados, "hombres que detienen con injusticia la verdad" y aseveró que "como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada" (Romanos 1:18, 28). El libro del Apocalipsis describe a una mujer (símbolo de una iglesia) vestida de rojo escarlata, que engaña al mundo con sus doctrinas falsas. Esa gran iglesia falsa dará su respaldo a una futura poderosa bestia en Europa, y se relaciona simbólicamente con las siete colinas de Roma, así como con la antigua Babilonia como origen de los malignos sistemas políticos y religiosos de este mundo (Apocalipsis 17:1-9). Las Escrituras dicen que Satanás facultará tanto a la bestia como a una iglesia que habrá propagado ideas religiosas falsas (ver Apocalipsis13:2; 2 Tesalonicenses 2:9-10). Más aun, revela que Satanás, el "dios de este siglo", es el autor de los conflictos, choques y religiones falsas y erróneas que vemos.
Tanto la Biblia como la historia revelan que el "cristianismo" no se ha librado de los esfuerzos satánicos por causar engaño. El Nuevo Testamento advierte muchas veces contra los falsos maestros que se dicen ministros de Jesucristo pero que engañan a muchos, haciéndolos seguir versiones corrompidas del cristianismo (Mateo 7:15-20; 24:3-5; 2 Tesalonicenses 2; 2 Timoteo 3; 2 Timoteo 4; 2 Pedro 2). El apóstol Pablo se refiere a los ministros equivocados que se dicen cristianos pero que en realidad sirven a Satanás cuando predican a otro Jesús y otro evangelio, ambos contrarios a lo que encontramos en las Sagradas Escrituras (2 Corintios 11:3-4, 13-15).
Ni Jesús, ni los apóstoles ni la Iglesia primitiva participaban en el culto dominical, sino que guardaban el sábado bíblico, o séptimo día de la semana, tal como se les había enseñado (ver Lucas 4:16; Hechos 13:13-14, 42-44; 16:11-15; 17:1-2). No obstante, hoy la mayoría de quienes se dicen "cristianos" van al culto el domingo, ¡día de culto establecido casi 300 años después de la era apostólica por el emperador romano Constantino en el concilio de Nicea! Los dirigentes religiosos en tiempos de Constantino también empezaron a imponer su doctrina de que el nacimiento de Jesús había de observarse el 25 de diciembre, día en el cual los paganos celebraban el renacer del Sol… todo ello pese a que la Biblia no manda, en ninguna parte, observar el nacimiento de Jesús e incluso demuestra que Jesús no nació durante el frío inverno. Su nacimiento se produjo, en realidad, durante una estación más moderada, el otoño, cuando los pastores podían pasar la noche al aire libre cuidando sus manadas (Lucas 2:8). Haciendo caso omiso de las verdades bíblicas, los líderes religiosos razonaron que la "cristianización" de fiestas que habían sido paganas les facilitaría la conversión de los paganos… aunque las Escrituras le dicen al pueblo de Dios que se abstenga de adoptar las costumbre de otras religiones (Deuteronomio 12:30).
El historiador Will Durant lo dice claramente: "El cristianismo no destruyó al paganismo sino que lo adoptó… El cristianismo fue la última gran creación del antiguo mundo pagano". El encuestador religioso George Barna ha observado que "gran parte de lo que los cristianos hacemos en cuanto a servicios religiosos el domingo por la mañana no vino de Jesucristo, de los apóstoles ni de las Escrituras… Llama la atención que buena parte de lo que hacemos cuando vamos a la ‘iglesia’ se tomó directamente de la cultura pagana en el período después de los apóstoles". Estos son hechos históricos, y sin embargo la mayoría de los llamados cristianos no saben hasta qué punto sus prácticas reflejan siglos de corrupción religiosa.
Considerando la mano de Satanás en este proceso, no es difícil ver por qué hay tantas variedades de "cristianos". Pero Jesús dijo: "Edificaré mi Iglesia", no mis iglesias (Mateo 16:18). Por su parte, el apóstol Pablo instó a los cristianos: "Que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer" (1 Corintios 1:10).
À lo largo de las eras, nuestro mundo ha visto surgir y caer una amplia variedad de gobiernos, filosofías y teorías económicas. Monarcas, déspotas y dictadores han surgido y desaparecido. Alrededor del año 350 antes de Jesucristo, el filósofo griego Platón observó un ciclo repetido en la estructura de los gobiernos de las naciones; de monarquía pasaban a una aristocracia, de allí a la democracia, de la democracia a la anarquía y nuevamente a la dictadura. Las faltas de cada sistema conducían al siguiente, y ninguno podía durar mucho tiempo sin que los hombres lo pusieran en tela de juicio.
En el escenario mundial, también una serie de democracias y repúblicas han aparecido y desaparecido prontamente. Los sistemas filosóficos del estoicismo, el racionalismo, el humanismo y el agnosticismo han tenido su momento de auge pero no han podido dar respuestas duraderas a las grandes incógnitas de la vida. Las teorías ideadas por hombres, entre estas el comunismo, el socialismo y el capitalismo; han fracasado en su misión de alcanzar las eras doradas que prometieron. Todos estos sistemas se han malogrado porque los seres humanos no han entendido: "Si el Eterno no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican" (Salmos 127:1). Si los planes e ideas no se estructuran sobre la roca sólida que es la Palabra de Dios, van necesariamente a fracasar (Mateo 7:24-29).
Las profecías bíblicas previeron hace mucho tiempo que las condiciones del mundo seguirían su proceso de deterioro hasta el regreso de Jesucristo (ver 2 Timoteo 3-4). Jesús reveló que los esfuerzos y las ideas de los hombres acabarían por llevar al mundo engañado al borde de la aniquilación, y que "si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo 24:22). Las Escrituras revelan que Jesucristo va a regresar a la Tierra como el "Príncipe de paz" para establecer un gobierno mundial desde Jerusalén, el cual traerá felicidad, armonía y prosperidad al mundo entero (Isaías 2:2-4; 9:6-7). Establecerá una sola religión en la Tierra, la cual llevará a todos los habitantes del mundo al único Dios verdadero y a su camino de vida (Isaías 30:20-21; Zacarías 14:16-20). Entonces, el que "engaña al mundo entero", Satanás el diablo, quedará despedido de la faz de la Tierra (Apocalipsis 20:1-2), y veremos el amanecer de una era nueva: ¡el Reino de Dios!