Terremoto en Nueva Zelanda

Hace dos semanas, Christchurch, Nueva Zelanda, fue sacudida por un terremoto de 7,0 grados.

El terremoto fue seguido por más de 100 réplicas, algunas de las cuales fueron, de hecho, fuertes terremotos. Los funcionarios informan que más de 100.000 hogares en las inmediaciones, casi 2/3 de los hogares en la región afectada, tuvieron daños serios, muchos irreparables. Un importante túnel que conecta a Christchurch con el puerto cercano de Lyttleton fue cerrado debido a grietas causadas por el terremoto. Se estima que el costo de los daños puede llegar a los mil millones de dólares (Telegraph.co.uk, 6 y 7 de septiembre).

À pesar de los grandes daños en infraestructura y financieros, hubo pocas muertes como consecuencia de este gran terremoto. Jesucristo profetizó que una señal del fin de esta era sería "terremotos en diferentes lugares" (Mateo 24:7). Sin embargo, Jesús dijo que los terremotos solo serían "principio de dolores" (v. 8). Conforme veamos catástrofes de mayor intensidad en la escena mundial, y seamos testigos del cumplimiento de otras profecías, debemos recordar el mandato de Jesús: "Erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca" (Lucas 21:28).

À medida que los acontecimientos mundiales se dirigen hacia un clímax profético, ¡tenemos que orar para que seamos "tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:36, énfasis nuestro)!