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La autoridad gubernamental que regula los deportes en la mayoría de las universidades canadienses, recientemente aprobó una nueva política que permite a los atletas varones que se “identifican” como mujeres, a competir contra mujeres biológicas. No necesitan cirugías ni reemplazo hormonal para participar.
De acuerdo con Life Site, Gwendolyn Landolt, la vicepresidenta nacional de Real Women of Canada dijo que tal política es irracional y coloca a las mujeres en una situación en la que compiten contra oponentes que tienen una “ventaja fisiológica” natural (LifeSiteNews.com, 4 de octubre de 2018). “No es solo masa muscular. Los corazones de los hombres son más grandes. Su sistema respiratorio es diferente. Sus cuerpos están constituidos de manera diferente, y eso es lo importante...”, dijo Landolt. “Es ridículo pensar que los hombres y las mujeres son físicamente iguales.” Le dijo a la organización de noticias que le preocupa que las mujeres jóvenes sean "desplazadas de los deportes universitarios por hombres que se identifican como ‘mujeres’”, debido a esta política.
Continúan apareciendo informes noticiosos que señalan que los hombres biológicos están ingresando en un número cada vez mayor en deportes femeninos, tanto aficionados como profesionales, dominando a su competencia femenina. Las historias de los últimos años han presentado ejemplos de ciclismo, fútbol, voleibol, baloncesto, levantamiento de pesas, softbol y muchos otros. Incluso las artes marciales mixtas ahora cuentan con hombres que se "identifican" como mujeres compitiendo en peleas contra mujeres. En algunos casos, los records se están “rompiendo” y las atletas femeninas posiblemente están en peligro de desaparecer.
Refiriéndose a Judá en el tiempo de los reyes, pero proveyendo una advertencia obvia a los pueblos de descendencia israelita al fin de esta era, Dios inspiró a Isaías a escribir: “¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente” (Isaías 1:5). El apóstol Pablo también fue inspirado a escribir: “la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios” (1 Corintios 3:19). Parece que el sentido común se está ignorando descaradamente en favor de la mentalidad ‘políticamente correcta’, lo que resulta en decisiones que no solo son insensatas sino peligrosas para los involucrados. Para más información sobre las consecuencias de este proceso de toma de decisiones, lean “Los pecados de racismo, anarquía y secularismo”. —Scott Winnail, Francine Prater y Stewart Wachowicz