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Los ataques de la semana pasada en el parlamento canadiense y el asesinato de un guardia de honor en el National War Memorial en la capital de Ottawa fueron alarmantes.
Estos ocurrieron dos días después de un ataque vehicular a dos soldados en Quebec (Associated Press, 24 de octubre del 2014). Los ataques a disparos sacudieron la ciudad capital de Ottawa y toda la nación. Durante años Canadá parece haber estado al margen de la refriega de la geopolítica y ha evitado la reacción negativa política y terrorista desatada en muchas naciones occidentales. Un vocero de ISIS recientemente hizo un llamado a actos terroristas independientes contra civiles en naciones aliadas que se oponen al estado islámico: "Dificúltenles las cosas a quien quiera lastimar a sus hermanos… Lo mejor que pueden hacer es hacer su mejor esfuerzo y matar cualquier incrédulo, ya sea francesa, estadounidense o de cualquiera de sus aliados" (CNN, 22 de septiembre del 2014). Este llamado fue contestado por el conductor del vehículo que golpeó a los dos soldados canadienses (ibídem). Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Canadá por permanecer al margen de las consecuencias de la geopolítica, no puede escapar a su patrimonio o al profetizado castigo de Dios por sus pecados nacionales. Canadá es una nación de descendencia israelita cuyos dirigentes y habitantes rechazan cada vez más a Dios y sus leyes. Si Canadá y otras naciones de descendencia israelita no se arrepienten y se vuelven a Dios y a sus caminos, sufrirán más de las consecuencias que Dios profetizó en la Biblia desde hace mucho tiempo (véase Levítico 26 y Deuteronomio 28). El profeta Jeremías advirtió: "Tu maldad te castigará" (Jeremías 2:19). Para más información sobre el futuro profetizado de Canadá, lea nuestro folleto Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía.