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En el invierno pocas personas, que no sean agricultores, se preocupan por la precipitación. La mayoría preferiría no tener ninguna, ya que la mayor parte viene en forma de nieve o hielo.
Pocos entienden cuán vital e importante es la precipitación invernal para recargar los suelos con humedad y nutrir los cultivos. Gran parte de los Estados Unidos ha sufrido una de las sequías más severas y de más larga duración en la historia. Según el monitoreo de sequías del Departamento de Agricultura de los EUA, para finales de diciembre, el 61,8% del país estaba en sequía (Brownfield AG News, 31 de diciembre). El 25% de Minnesota, el 42% de Iowa, el 63% de Dakota del Sur y el 96% de Nebraska se encuentran en una sequía excepcional. Estos cuatro están entre los primeros seis estados productores de maíz (Southwest Farm Press, 27 de diciembre). En Deuteronomio 28:58 Dios le dijo a la antigua Israel que si no se cuidaba en observar todas las palabras de su ley, permitiría que vinieran terribles maldiciones sobre ellos. Como descendientes de la antigua Israel, los Estados Unidos y Gran Bretaña están bajo esa profecía. El versículo 24 dice: "Dará el Eterno por lluvia a tu tierra polvo y ceniza", si no observan cuidadosamente todos sus mandamientos. El 17 de diciembre del 2012, el "Panhandle" de Texas, cerca de Lubbock, sufrió su segunda tormenta de polvo más fuerte en dos años, semejante a la de los días del Dust Bowl (Tazón de polvo) de la década de 1930. Si se trata o no de tan mencionada profecía de la "sequía del tiempo del fin", queda por verse, pero de acuerdo con la Biblia, a menos que las naciones se arrepientan y cambien sus malos caminos, severas sequías y tormentas de polvo continuarán.