¿Controlará Bruselas el dinero británico?

Los principales líderes europeos predicen que el primer ministro británico no mantendrá su promesa de evitar que Bruselas controle las finanzas de su nación.

"Los negociadores belgas están convencidos que la dura oposición del señor Cameron a entregar más soberanía a la UE, una promesa escrita en el acuerdo de su gobierno de coalición, será sacrificada a favor del pragmatismo".

Un importante diplomático belga admitió: "Es una cuestión de soberanía si se refuerza el papel de la Comisión Europea en el gobierno económico… Los funcionarios de la UE han advertido a los diplomáticos británicos que el Tratado de Lisboa significa que tendrán que comprometer la soberanía porque Inglaterra no tiene derecho al veto, ya sea para la revisión del presupuesto como para las medidas de supervisión del mercado financiero".

Para evitar la intervención de Bruselas, el Reino Unido ha contemplado instituir un nuevo impuesto especial a fin de atender las necesidades fiscales de la UE, en lugar de permitir que la UE gaste de sus arcas nacionales. Sin embargo Bélgica, quien actualmente tiene a su cargo la presidencia rotativa de la UE, está en contra de esa medida (Telegraph, 29 de junio).

Mientras Inglaterra y otras naciones de la UE afrontan una centralización forzosa de sus asuntos económicos, nos lleva a recordar la advertencia que Dios hizo a la antigua Israel, que también se dirige hoy a las naciones descendientes de Israel. Debido a su rechazó, Dios le advirtió a Israel: "Una nación de lejos… cuya lengua no entiendas… Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías" (Dt. 28:49, 52).

¿Qué muros son más altos y fortificados que los del sector banquero y financiero? Para Inglaterra, donde Londres ha sido el centro financiero mundial, pocas cosas podrían ser más humillantes que una nación que no hable inglés controle su economía y la libra esterlina. Estamos viviendo en tiempos serios.