¿Estados Unidos es realmente una nación cristiana?

Contrario a los comentarios de algunos dirigentes de Estados Unidos, la mayoría de los estadounidenses profesan ser cristianos y creen que la Biblia es "la palabra inspirada de Dios" (Gallup, 4 de junio del 2014).

Una reciente encuesta de Gallup indicó que aproximadamente el 75 por ciento de los estadounidenses afirman ser cristianos y ver la Biblia como "la palabra verdadera de Dios… que debe ser tomada literalmente" o como "la palabra inspirada de Dios, pero no todo debe ser tomado literalmente" (ibídem). Sin embargo, los que ven la Biblia como un libro de "fábulas, leyendas… y preceptos morales escritos por el hombre" han aumentado de un 13 por ciento a un 21 por ciento desde 1976. Lamentablemente, mientras que la mayoría de los estadounidenses dicen ser cristianos y ven la Biblia como la palabra de Dios, en la actualidad pocos estadounidenses en realidad siguen la exhortación de Jesucristo de "[vivir]… de toda palabra de Dios" (Lucas 4:4). Los estudios realizados por el Grupo Barna demostraron que Estados Unidos es una nación de personas "bíblicamente analfabetas" (especialmente la generación más joven), donde la mayoría no puede nombrar los primeros libros del Antiguo Testamento o los diez mandamientos, y un número considerable cree que Sodoma y Gomorra fueron marido y mujer en lugar de ciudades que Dios destruyó a causa de su mal comportamiento (ver The State of the Bible, 2013). Teniendo en cuenta el estado de conocimiento bíblico en Estados Unidos, es aleccionador leer la advertencia de Jesús: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). Los verdaderos cristianos que realmente "aman al Señor" no solo dicen ser cristianos, sino que en realidad viven por sus mandamientos (Juan 14:15, 1 Juan 5:3). Para más información acerca de las tendencias preocupantes en nuestra cultura actualmente, vea nuestro programa de televisión, "El Dios verdadero". —Scott Winnail y Kenneth Frank