Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
Uno de los manjares británicos, las gambas, son baratas y comunes. Aunque la alta demanda es buena para los tailandeses, las técnicas para obtener "alimento para las gambas" que van creciendo están destruyendo el medio ambiente (Sunday Times, 24 de febrero).
Para atrapar "morralla" se utilizan finas redes que capturan todo lo que se encuentra en el fondo del océano: "cangrejos, rayas, tortugas, especies de tiburones y peces jóvenes. Todo lo capturado es triturado e incinerado en hornos hasta que se convierte en un polvo con el que se alimenta a las gambas en granjas gigantes. La técnica indiscriminada significa que muchos peces no crecerán hasta alcanzar su tamaño normal y se destruye la vida marina en secciones enteras del océano" (ibídem). Hace mucho tiempo, Dios instruyó a la humanidad para fuese sabia administradora y "labrara y… guardase" la Tierra (Gn. 2:15). Dios también instruyó a los seres humanos a no comer, sino a preservar los moluscos y crustáceos, por razones de salud humana y para preservar los ecosistemas oceánicos (Lv. 11 y Dt. 14). La codicia de la humanidad por la ganancia y su pobre administración de la Tierra están llevando a la destrucción de los ecosistemas, la extinción de las especies y la contaminación de los océanos. Simplemente obedecer las leyes dietéticas de "lo inmundo y lo limpio" y ser buenos administradores del medio ambiente tendría un impacto dramático para proteger la creación de Dios y mejorar la salud humana. Ambos enfoques serán implementados en el Reino de Dios venidero (Hch. 3:19-21). Para más información sobre por qué Dios prohíbe comer mariscos, vea nuestro artículo: ¿Es toda carne buena para alimento?—Scott Winnail, James Bennett y Susan Bennett