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Por más de 300 años Escocia ha sido parte del Reino Unido. Ahora los escoceses están listos para votar el 18 de septiembre sobre si independizarse o no del Reino Unido (Telegraph, 31 de agosto del 2014).
No se conoce el resultado exacto de la votación, pero el Partido Nacional Escocés ya se está preparando, tras bambalinas de ganar el "no", para obtener mayores poderes políticos para Escocia de producirse dicha votación (ibídem). La independencia de Escocia es un tema cargado de emociones, haciendo que muchos se pregunten acerca de sus verdaderos beneficios. Los opositores cuestionan cómo una Escocia independiente se va a defender (The Guardian, 1 de marzo del 2012); cómo se va a sostener financieramente (The Week, 1 de septiembre del 2014; The Guardian, 2 de marzo del 2012); y qué moneda va a utilizar (BBC 2 de septiembre del 2014). Está por verse si a finales de este mes Escocia logra la independencia a través de su referéndum nacional. Si esto sucede, podría ser una herramienta más utilizada por Dios para "[quebrantar] el orgullo de vuestro poderío [de Gran Bretaña]", profetizado desde hace mucho tiempo (Levítico 26:19, LBLA). Dios declaró esta "maldición" porque las naciones de descendencia israelita rechazarían sus caminos. La creciente impiedad del Reino Unido fue presagiada por esta profecía. Para más información sobre el futuro profetizado del Reino Unido y Escocia, lea nuestro folleto, Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía. —Scott Winnail, John Meakin y Justin Ridgeway