Inglaterra quiere que le devuelvan su autonomía

Tras la ratificación del Tratado de Lisboa, el líder conservador británico, David Cameron, se comprometió a trabajar para devolver los poderes de Bruselas a Inglaterra.

Dijo que "procuraría poner fin a la ‘constante e irresponsable intromisión’ de la UE en la ley británica". Muchos ciudadanos británicos están molestos porque se les prometió una votación popular sobre el Tratado y nunca se les concedió. Cameron, considerado por muchos como el próximo líder británico, se comprometió a cambiar la ley británica si llega a Primer Ministro, para que los futuros tratados europeos se lleven a referendo. En respuesta a las palabras de Cameron, el ministro francés de Asuntos Europeos, comentó: "A nadie se le va permitir reescribir (tratados) por muchos, muchos años". Después indicó que todo cambio iba a requerir aprobación de los 27 miembros de la UE (France24.com, 5 de noviembre).

Inglaterra y otras naciones voluntariamente entregaron poderes para la toma de decisiones a los dirigentes de la UE en Bruselas y será difícil, si no imposible, que se los devuelvan. En 1776, trece colonias de los EUA firmaron la Declaración de Independencia. Casi 100 años después, varios estados decidieron "abandonar la Unión", lo que llevó a la guerra civil. ¿Provocaría un conflicto similar querer salirse de la UE?

Dios profetizó que por apartarse Israel de sus leyes: "Devoraron extraños su fuerza" (Os. 7:9), y "la gloria de Efraín volará como un ave" (Os. 9:11). Por su desobediencia las naciones descendientes de Israel volverán a ser cautivas de sus enemigos (Dt. 28:64-68). ¿Podría precipitar tales acontecimientos un intento de retractarse de una unión ya acordada?