Inundación y devastación

En lo que va del año, más de 230 millones de personas en China han sido afectadas por inundaciones.

¡Lo mismo que dos tercios de la población de los EUA o casi la mitad de la población de Europa! Y más de 3.000 personas han muerto en las inundaciones, con un costo de $50 mil millones de dólares en daños. Las inundaciones de agosto cobraron casi 1.500 vidas (ChinaDaily.com, 1 de septiembre).

En Pakistán, las inundaciones de agosto afectaron una quinta parte de la nación y a más de 20 millones de personas. ¡Equivalente a la población de Australia! Las inundaciones han destruido ocho mil kilómetros de carreteras y ferrocarriles, junto con 7.000 escuelas y 400 centros de asistencia médica. Los equipos de rescate se han visto forzados a destruir carreteras y ferrocarriles para desviar las aguas lejos de las poblaciones. Hasta ahora, los daños han excedido la ayuda concedida a Pakistán en los últimos cinco años (New York Times-Edición Global, 24 de agosto).

La profecía bíblica advierte que diversos tipos de desastres naturales aumentarán su frecuencia e intensidad a medida que se acerca el fin de esta era (Mt. 24:7; Mr. 13:8). Las catastróficas inundaciones en China y Pakistán, sin duda coinciden con esas profecías. Los EUA y otras naciones han invertido mil millones de dólares en Pakistán, solo para comprobar que gran parte de esa inversión fue arrasada por las inundaciones. Estas catástrofes podrían ser otra manera de debilitar a las naciones de ascendencia israelita, por dar sus recursos para ayudar a los necesitados.

Tristemente, el "dios de este siglo", Satanás, está airado y se deleita con el sufrimiento de los seres humanos hechos a imagen de Dios. ¡Qué Dios traiga pronto el día cuando Satanás sea lanzado de la Tierra! (Ap. 20:1-3).