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La gonorrea es una infección venérea muy común que fue contraída por más de 62 millones de personas en 1999, último año que se presentó un informe mundial de la enfermedad (Avert.org).
La que durante mucho tiempo se creyó "enfermedad de los marineros", ahora prevalece en muchos pueblos y afecta a los adolescentes. Las investigaciones muestran que esta bacteria se ha vuelto resistente a los fármacos. Según un científico de las Naciones Unidas: "Este organismo ha desarrollado resistencia a cada medicamento con el que lo hemos combatido [incluyendo antibióticos considerados de "última generación"]… En un par de años se hará resistente a toda opción de tratamiento actual" (PA, 6 de junio). Los esfuerzos actuales para contener la enfermedad incluyen mejor vigilancia y mejor educación sexual (ibídem). Sin embargo, los científicos han pasado por alto la cura más sencilla y más eficaz: obedecer las leyes de Dios. Moisés escribió: "No cometerás adulterio" (Éx. 20:14) y el apóstol Pablo aconseja: "Huid de la fornicación" (1 Co. 6:18). Dios creó las relaciones sexuales para que fueran entre marido y mujer (Gn. 2:24), relación que impediría este trágico problema mundial. Las leyes de Dios son poderosas y prácticas y serán el fundamento del comportamiento social en el Reino de Dios venidero. Para más información sobre el poder de Dios para cambiar al mundo, vea nuestro folleto, Los diez mandamientos.—Scott Winnail y Justin Ridgeway