La reforma de las pensiones en Francia se vuelve violenta

En un esfuerzo por ayudar a la economía francesa a recuperarse, el presidente Sarkozy subirá la edad de jubilación de 60 a 62 años (aun así es una de las edades más bajas de Europa).

Por eso las protestas han estallado en todo el país. Esta semana unos tres millones salieron a las calles en Francia, quemando vehículos, destrozando fachadas de tiendas, y enfrentando a la policía antimotines. Los trabajadores de aviación están en huelga, mantienen en tierra cientos de vuelos. Los trabajadores de las refinerías de petróleo están en huelga, por lo que ha cerrado casi un tercio de las gasolineras en todo el país. La falta de gasolina ha obligado a muchos que quieren trabajar a quedarse en casa. Ante todo esto, el señor Sarkozy, está firme e insiste en las medidas de reforma de la edad de jubilación (P. A., 19 de octubre).

Los observadores creen que las acciones de los manifestantes se deben en parte a quienes están "a punto" de cumplir la edad de jubilación actual, quienes recibirían el beneficio "más tarde" de lo que contaban, y el hecho de que uno de los grupos más numerosos de miembros desempleados de la sociedad francesa son mayores de 55 años (RT.com, 20 de octubre).

Los disturbios podrían ser señal de inestabilidad nacional para algunos líderes europeos, apoyando aún más el interés por un gobierno central y un líder fuerte. Observemos los resultados de esta situación en Francia.