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"Durante más de un decenio de investigación, un estudio de la Universidad de Texas encontró que los adultos que fueron criados por padres del mismo sexo mostraron diferencias importantes en su calidad de vida, en comparación con los hijos de padres biológicos casados heterosexuales" (Statesman, 11 de junio).
Este es "el estudio nacional más grande" en su clase, llevado a cabo por profesores altamente capacitados de una institución prestigiosa. Los resultados revelan que: "69 por ciento de los adultos con madres lesbianas y 57 por ciento con padres homosexuales informaron haber recibido asistencia social mientras crecían", pero solo "diecisiete por ciento de los criados por sus padres biológicos casados la recibieron". El estudio también informó que: "38 por ciento de adultos con madres lesbianas y 23 por ciento con padres homosexuales informaron recibir asistencia social", mientras que solo "diez por ciento de los criados por sus padres biológicos reciben asistencia social". Otro hallazgo fue que: "19 por ciento con padres homosexuales o lesbianas informaron recibir terapia psicológica", mientras que solo "ocho por ciento de los criados por sus padres biológicos casados la reciben". Los investigadores dicen: "No tenemos buenas razones teóricas acerca estas diferencias" (ibídem). Sin embargo, la Biblia, escrita hace miles de años, arroja luz sobre los fundamentos teóricos de estos hallazgos del estudio. Dios mandó que el matrimonio fuera entre un hombre y una mujer (Gn. 2:24), y que cualquier unión fuera de esta relación sagrada se considera pecado de adulterio (Éx. 20:14; 1 Co. 6:18; Heb. 13:4). La Biblia está llena de ejemplos de bendiciones por la obediencia a las leyes de Dios, incluyendo: "Andad en todo el camino que el Eterno vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien" (Dt. 5:33). El Dios de la Biblia desea que los seres humanos vivan una vida feliz y en abundancia (Jn. 10:10). Pero hay solo un camino que conduce a la vida, los otros caminos conducen a la tristeza, la desesperación y finalmente a la muerte (Mt. 7:13-14). Para más información sobre las bendiciones que vienen con la obediencia a las leyes de Dios, vea nuestro folleto informativo, Los diez mandamientos.—Scott Winnail y Justin Ridgeway