Muerte de un ícono nacional: ¿y ahora qué?

Esta semana Hugo Chávez murió de cáncer en un hospital (International Herald Tribune, 5 de marzo). Después de 14 años de "revolución" y fomentar la oposición contra Estados Unidos, la carismática figura deja atrás una nación en crisis y una familia de luto.

Venezuela ha estado en crisis política mientras su líder sufría de cáncer. Ahora, muchos seguidores dicen: "Con Chávez todo, sin Chávez nada" (ibídem). "Los regímenes que se basan en una persona, cuando esa persona se quita, las bases se debilitan porque no hay nada más que apoye esa figura" (ibídem). Líderes como Chávez confían en sí mismos y desconfían de casi todos los demás, por lo que no ponen en práctica una de las claves para un buen liderazgo: adiestrar a un sucesor y preparar el gobierno para que continúe después de su muerte. Debido al caos político fomentado por Chávez y la oposición que él enfureció, hay confusión sobre la transmisión del poder (ibídem). Mientras que la inquietud, inseguridad y división nacional posiblemente continuarán entre el pueblo venezolano, hay una verdadera esperanza para el futuro. Las profecías bíblicas revelan que Jesucristo va a volver a establecer el gobierno de Dios en esta Tierra (Ap. 11:15-18). Este gobierno se basará en las leyes justas de Dios, y se nos dice: "Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra" (Pr. 29:2).