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Una encuesta realizada por Alemania preguntó a las personas de Alemania, Polonia y Francia si su nación estaría mejor con su propia moneda nacional.
Dos tercios de los alemanes respondieron que "sí", a volver al marco alemán. 49%, casi la mitad de los alemanes, también estuvieron de acuerdo que sería "mejor" si la UE no existiera. La misma encuesta mostró que la mayoría de los polacos desean volver a su moneda, mientras que los franceses todavía favorecen al euro (EU Observer, 17 de septiembre). Un porcentaje mayor en las tres naciones dijo que la afiliación a la UE ayuda a su nación a mantenerse al día con las potencias económicas mundiales. Pero solo el 32% de los alemanes esperan que la UE avance con éxito (ibídem). La crisis económica tiene a muchos preguntándose qué pasará después con Europa, y parece que está provocando sentimientos reprimidos de nacionalismo, algo que la UE fue diseñada para superar. Las profecías bíblicas han descrito una federación de las naciones en Europa para el tiempo del fin como una mezcla de hierro y barro cocido que no se une bien (Dn. 2:41-43). Los "diez reyes" que finalmente forman este grupo se unirán por un corto tiempo y controlarán una cantidad sustancial del comercio mundial (Ap. 17:7-14; 13:16-17). La moneda específica y la configuración final de este próximo poderoso bloque político y comercial está por verse. Para más información sobre el venidero poder de la bestia europea, vea nuestro artículo: La bestia del Apocalipsis: ¿mito, metáfora o realidad inminente?