¿Se acerca una fuerte coalición árabe?

Con el reciente asesinato de un piloto jordano, quien fue quemado vivo, algunos analistas especulan que esta puede ser la acción que obligue a las naciones árabes a unirse en la lucha contra ISIS. El fin de semana, Jordania comenzó a llevar a cabo ataques aéreos por su cuenta contra las fuerzas de ISIS en Siria, y prometió: "Estamos decididos a borrarlos de la faz de la Tierra" (BBC, 8 de febrero del 2015).

Las acciones de Jordania demuestran la creciente frustración con la tambaleante coalición liderada por Estados Unidos en contra de ISIS. "Muchos altos funcionarios militares que anteriormente sirvieron en altos cargos han comenzado a hablar públicamente sobre el ‘fracaso’ de los Estados Unidos para derrotar a Al-Qaeda, ISIS, los talibanes en Afganistán y Pakistán, y otros islamistas radicales… Algunos están hablando sobre la necesidad de una versión árabe de la OTAN" (Al Arabiya, 8 de febrero del 2015). Como explica un analista: "Desde el lado árabe, los miembros de la coalición, los países del Golfo y Jordania, además de Egipto, están en sorprendente acuerdo y tienen importantes posiciones conjuntas. Esto podría formar un núcleo para esa ‘fuerza árabe’ que tiene que ser considerada como una opción seria, tarde o temprano" (ibídem). ISIS podría ser el catalizador necesario para desarrollar esta fuerza profetizada desde hace mucho tiempo. Dios, en su Biblia, profetizó acerca de una poderosa coalición árabe o "alianza" al fin de esta era. Esta coalición también tendrá fuertes vínculos con Asiria, la Alemania moderna de hoy (Salmos 83:5-8). La triste realidad es que esta coalición algún día cambiará su enfoque de los grupos deshonestos en el Oriente Medio a las naciones de descendencia israelita incluyendo los EE.UU. y varios países de Europa occidental (Ezequiel 23:22-23). Hoy vemos formarse los cimientos de esta alianza árabe-alemán que ha sido profetizada desde hace mucho tiempo. Desde hace tiempo las profecías bíblicas han predicho esta coalición, algo que los políticos e historiadores nunca habrían imaginado. Pero las profecías de Dios van a ocurrir, a pesar de que el hombre crea lo contrario.