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Recientes investigaciones vinculan los turnos nocturnos con enfermedades mortales como la diabetes, la obesidad e incluso el cáncer.
"En un estudio publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine, investigadores de Dinamarca encontraron que las mujeres que trabajaban turnos de noche tenían hasta cuatro veces más probabilidades de desarrollar cáncer de mama, que las mujeres que no trabajan de noche" (Time, 29 de mayo). El efecto también es acumulativo, cuanto más tiempo una mujer trabaja turnos de noche, mayor es el riesgo. Los investigadores piensan que el trabajo nocturno produce altos niveles hormonales, lo que resulta en un mayor riesgo de tener cáncer de mama (ibídem). La mayoría de los turnos de noche son resultado de un sistema industrial diseñado para "hacer más dinero". David, "varón conforme a mi corazón [de Dios]" (Hch. 13:22) hablaba de un sueño pacífico, apacible (Sal. 4:8). Mientras que la Biblia advierte contra el exceso de sueño (Pr. 6:9-10), el sueño dulce es alabanza (Ec. 5:12). Dios hizo el cuerpo con la necesidad de dormir, y las investigaciones han demostrado que para la salud se requieren de 7 a 8 horas de sueño cada noche. Jesús habla de trabajar en el día, pero que la noche no es tiempo para trabajar (Jn. 9:4). El mundo de Satanás invierte lo bueno y lo malo (Is. 5:20) incluso en los horarios de trabajo. Tiempo viene cuando Cristo restablecerá la paz y la salud en la Tierra.— Scott Winnail y Justin Ridgeway