Era el año 1773, y un barco cruzaba el Atlántico con 189 pasajeros en busca de una vida mejor. Un viaje que se suponía duraría solo seis semanas, tomó casi doce; y con las condiciones de vida insalubres y hacinadas en el barco, 18 niños fueron sepultados en el mar. Cuando los acosados colonos finalmente llegaron a su destino, no encontraron las grandes tierras costeras de cultivo, ni los suministros para un año que les habían prometido.