No hace mucho, un joven me sorprendió con una buena pregunta: ¿Qué diferencia hay entre creer y tener fe? À primera vista, se diría que los dos conceptos son iguales, y para muchos, lo son. La pregunta me sirvió personalmente, porque me obligó a analizar las dos ideas más profundamente. Aunque estas dos palabras se pueden emplear indistintamente en muchos casos, hay una distinción importante revelada en la Palabra de Dios.