Javier y Laura eran objeto de admiración por parte de sus amigos y allegados. Eran jóvenes, bien parecidos y recién casados. Acababan de graduarse de la universidad y Javier había conseguido un empleo "ideal". En la universidad, Laura se había destacado en su actividad social y Javier había sido buen deportista y buen estudiante. Él y Laura estaban entusiasmados por su nuevo empleo y las oportunidades que se le abrían, y esperaban vivir "felices para siempre".