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Muchas personas le tienen miedo a lo desconocido. Ya sea al primer día de clases, el primer día en un nuevo trabajo, o a volar en avión por primera vez; todos sentimos miedo y ansiedad de vez en cuando. Ahora, en el año 2020, existe otro temor a lo desconocido: el SARS CoV-2, mejor conocido como la COVID-19.
El virus existe desde hace casi seis meses y, según los informes al momento de escribir este artículo, el virus ha infectado a millones y ha matado aproximadamente 350,000 personas en todo el mundo, sin embargo, los médicos y científicos saben muy poco sobre este indescriptible virus. ¿Cómo se propaga exactamente? ¿Respirar al aire libre traerá infección y muerte? ¿La infección y la recuperación proporcionan inmunidad y, de ser así, por cuánto tiempo? ¿Cuántas vacunas se necesitarán para combatir el virus y cuando estará disponible la primera? ¿Por cuánto tiempo más nuestras naciones permanecerán en cuarentena? ¿Cuál es la verdadera tasa de mortalidad por el virus y cuál es el riesgo real de infección? ¿Quedarse en casa lo protege de infecciones o debilita su sistema inmunológico? Y la lista de incógnitas continúa.
Mire a su alrededor, ¿qué ve? Muchas personas temen salir de sus hogares. Algunas personas usan tapa bocas incluso cuando están solas conduciendo sus vehículos. Algunos especulan que darse la mano y abrazarse nunca más volverá a la esfera pública. Muchos temen estar solos durante un largo aislamiento obligatorio. Y ahora, a medida que muchas naciones, provincias y estados comienzan a reducir la cuarentena, aumentan los temores de una mayor infección, gracias en gran parte a los infinitos reportes noticiosos.
Este comentario ciertamente no tiene la intención de burlarse de aquellos que tienen miedo o de aclarar una situación global difícil y potencialmente peligrosa. La Biblia advierte claramente que "El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño" (Proverbios 22:3). Ciertamente hay peligros claros y actuales que debemos reconocer y evitar. ¡Debemos ser cuidadosos! Cristo mismo advirtió que necesitamos "calcular el costo" de nuestras decisiones (Lucas 14:28), sopesando los riesgos y los beneficios.
Sin embargo, aunque el miedo a lo desconocido puede ser perfectamente natural, el miedo y los pensamientos ansiosos no son algo que deba detener a un cristiano. Debemos recordar que nuestro Padre Celestial y nuestro hermano mayor Jesucristo son nuestra ayuda, nuestro escudo, nuestro refugio y nuestra fortaleza (Salmo 144:2 y Salmo 91). Cristo nos exhortó a que no estemos inquietos, ni ansiosos y a no preocuparnos (Lucas 12:29). Mientras que trabajemos para acercarnos a Dios, buscando primero su reino y su justicia, no debemos preocuparnos (Mateo 6:33). Lea Mateo 6:25–34 para combatir el afán y la ansiedad. De hecho, al exponer Su punto para que no nos preocupemos, Cristo hizo la pregunta: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?" (Mateo 6:27). Cuando tenemos el Espíritu Santo de Dios trabajando en nosotros o con nosotros, debemos recordar que “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7). Y a través del profeta Isaías, Dios anima "a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis" (Isaías 35:4).
En lugar de vivir con miedo, Dios quiere que tengamos una "fuerte confianza" en que Él nos cuida y nos protege (Proverbios 14:26). Debemos vivir nuestra vida en paz y con una mente sana y tranquila incluso ahora, que hay incertidumbre y temor en el ambiente. Debemos ser cuidadosos y no descuidados, y también debemos recordar que “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo" (Salmo 119: 165).
Los tiempos difíciles siempre han existido, están con nosotros ahora y está profetizado que aumentarán en el futuro. Pero aquellos que tienen verdadera fe en Dios y Su habilidad para protegernos no se preocuparán y "por nada estarán afanosos" (Filipenses 4:6), sin que por ello dejen de sopesar los riesgos y tomar precauciones (Lucas 14:28; Proverbios 22:3). Si está preocupado, ansioso o temeroso, siga orando regularmente y lea la palabra inspirada de Dios: ¡la Biblia!
¿Está luchando con los afanes de esta vida? La verdadera paz no proviene de una "fórmula mágica" para el éxito. Es el fruto del estilo de vida positivo y práctico de Dios. Nuestro video, "7 pasos hacia la felicidad perdurable" muestra cómo puede encontrar la vida que está buscando. Échele un vistazo y lea nuestro alentador artículo "Sobrevivir y prosperar en tiempos de estrés". ¡Se alegrará de haberlo hecho!