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“Tengo un sueño, que mis cuatro hijos pequeños algún día vivan en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter”. — Dr. Martin Luther King, Jr., 28 de agosto de 1963.
Sesenta años después de que el Dr. King pronunciara su discurso “Tengo un sueño” en las escaleras del Monumento a Lincoln en Washington, D.C., ¿está el mundo, más cerca de que este sueño se haga realidad?
Pocos negarían que, a pesar de muchos cambios en la sociedad, el sueño de King no se ha realizado plenamente. Y en medio de discusiones sobre raza y equidad, muchos de los aliados y enemigos de King han descuidado la importancia de sus cinco últimas palabras anteriores: "el contenido de su carácter".
Las leyes pueden imponerse desde fuera, pero sólo individualmente los hombres y las mujeres pueden desarrollar el carácter del que hablaba el Dr. King. Este desarrollo del carácter está en el corazón del verdadero cristianismo, como explicó el apóstol Pablo:
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza” (Romanos 5:1–4).
A medida que los cristianos desarrollan carácter y esperanza, aprenden a rendirse ante Cristo, permitiéndole hacer Su voluntad en sus vidas (Filipenses 2:13). A medida que los cristianos aprendan a confiar en su Salvador y en el Espíritu Santo que habita en ellos, Cristo puede vivir su vida santa y justa dentro de ellos (Gálatas 2:20).
No basta con decir simplemente que tenemos fe. Recuerde que Jesús dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). ¿Qué les sucede a aquellos que dicen “amar a Dios” pero no hacen Su voluntad? El apóstol Juan explicó: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21: 8).
El Dr. Martin Luther King esperaba un cambio social durante su vida, pero incluso su discurso “Tengo un sueño” reconoció tácitamente que su sueño no se realizaría plenamente hasta el regreso de Cristo. King dijo: “Tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, y cada colina y cada montaña serán rebajadas, los lugares ásperos se volverán llanuras y los lugares torcidos se enderezarán y la gloria del Señor se hará realidad, será revelada y toda carne juntamente la verá”.
Esas palabras fueron parafraseadas por el Dr. King de un famoso pasaje del Antiguo Testamento, Isaías 40:4-5. Muchos de los que recuerdan el poderoso discurso de King no se dan cuenta de que el profeta Isaías no estaba describiendo alguna utopía diseñada por humanos; sino un mundo bajo el gobierno del Mesías: Jesucristo. En ese mundo venidero, los cristianos no sólo desarrollarán el carácter desde adentro, sino que las leyes externas también fomentarán un comportamiento piadoso. El sueño de King se hará realidad cuando Jesucristo regrese.
Sin embargo, incluso mientras esperan ese día, los cristianos de hoy pueden desarrollar el carácter que surge al someterse y obedecer a Dios. A quienes lo hacen, en el mundo actual donde las leyes de la humanidad a veces van en contra del desarrollo del carácter piadoso, se les promete la bendición especial de ser las “primicias” en la resurrección cuando Cristo regrese (1 Corintios 15:23). Al vencer las tentaciones de Satanás, del yo y de la sociedad, les espera una maravillosa recompensa: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo” (Apocalipsis 21:7).
Los verdaderos cristianos deben recordar la escritura en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13) y con la ayuda de Cristo venceremos.
Para obtener más información, lea nuestro artículo “Utopía mundial: ¿Un sueños imposible?” y vea el programa: “¡Bienvenidos al Milenio!”