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Los tiempos cambian y las metáforas significativas de una generación se pierden en la siguiente. En una era urbana de avances tecnológicos vertiginosos, acceso a la Internet y un sinfín de dispositivos, las referencias agrícolas pierden su impacto. Esto es lamentable ya que las prácticas agrarias en la Biblia simbolizan de manera prominente las lecciones de vida. Muchas expresiones e ilustraciones coloridas representan la prosperidad por un lado y la pobreza por el otro, ofreciendo lecciones espirituales para aprender de cada una.
Las Escrituras a menudo se refieren al granero, el refugio deteriorado por el tiempo, para los productos agrícolas y el ganado. Ahora, si alguien pasó tiempo en un granero cuando era niño, la mención de uno probablemente le traiga una avalancha de recuerdos. Las vistas, los sonidos y los olores de un granero son exclusivos de la vida rural. El juego de luces y sombras en el edificio me fascinaban de niño. Había establos para el ganado como vacas lecheras, cabras o potros recién nacidos. Los caballos y las mulas tenían sus lugares para ser alimentados y protegidos. El desván era para guardar el heno y alimento para los animales durante el invierno, junto con otros productos de la cosecha. Los animales de trabajo parecían ansiosos por regresar al establo al final del día para descansar y alimentarse. Un buen granero bien abastecido puede servir como metáfora de paz, prosperidad y refugio. Alguien que nunca ha estado en uno de ellos o alrededor de un granero puede tener dificultades para comprender el significado de esta construcción agrícola.
Al describir los beneficios de obedecer los mandamientos de Dios, Moisés fue inspirado para escribir: “El Eterno te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que el Eterno tu Dios te da” (Deuteronomio 28:8, Proverbios, el “Libro de la Sabiduría”, contiene esta joya: “Honra al Eterno con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia…” (Proverbios 3:9–10).
Mientras el rey David oraba por la liberación y la seguridad nacional de Israel, incluyó esta petición: “Que nuestros graneros estén llenos de toda clase de cosechas …” (Salmo 144:13 NTV).
Jesucristo dio instrucciones para mantener las cosas físicas en perspectiva: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? … Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:25–26, 33). Su énfasis estaba en poner lo espiritual primero.
Para ilustrar aún más su punto, Jesús contó la historia de un hombre rico cuyas prioridades estaban equivocadas. “La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios’” (Lucas 12:16–21).
A medida que la humanidad persista en ignorar los mandamientos de Dios, eventualmente llegará el desastre. Hacia el 836 a.C. el profeta Joel escribió sobre el terrible día del Señor. “¡Ay del día! porque cercano está el día del Eterno, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso. ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios? El grano se pudrió debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos; porque se secó el trigo. ¡Cómo gimieron las bestias! ¡cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas” (Joel 1:15–18).
Entonces, cuando vea un granero, reconozca que, aunque es una estructura que contiene bendiciones físicas, esas bendiciones no tienen un valor duradero si el propósito de nuestra vida no es buscar primero el Reino de Dios y Su justicia.
Ya sea que tengamos graneros o no, es importante que todos mantengamos nuestras posesiones en la perspectiva adecuada. Los programas de televisión, la revista, los folletos y el Curso Bíblico producidos por El Mundo de Mañana están dedicados a ayudar a las personas a hacer precisamente eso. Estos materiales de vital importancia están disponibles de forma gratuita en elmundodemanana.org.