En verdes pastos

En este momento en el que se nos insta a todos a "volvernos ecológicos" en todas las áreas de nuestra vida diaria, es posible que perdamos de vista el cuadro que nos pinta el Salmo 23, que es probablemente el Salmo más citado de la Biblia. Me gusta la forma en que se expresa en el antiguo himno inglés de William Havergal, un conocido escritor de himnos (1793–1870).

La primera línea dice: " El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce" (Versión LBLA). Esta hermosa línea del rey David, rey del antiguo Israel evoca una escena pastoral que la mayoría de la gente no conoce en nuestra moderna y urbanizada sociedad. Si uno no ha experimentado la paz y la tranquilidad del ganado pastando contento en un campo de hierba exuberante, entonces se puede perder el impacto de lo que el salmista pretendía transmitir. A medida que nos apresuramos en nuestras vidas agitadas, a menudo perplejos por los problemas del diario vivir, nos falta esta actitud tranquila o el sentido de satisfacción que todo el mundo necesita para encontrar la verdadera felicidad.

Este tema, tal vez me conmueve más que a la mayoría de las personas, debido a mis recuerdos de la infancia de tal escena pastoral. Mi abuelo, que murió hace mucho tiempo, era ganadero. No era un gran ranchero, sino un hombre que crio ganado Angus en su amada granja del valle en el sur de Arkansas. Para él era un hermoso espectáculo ver a su ganado pastando en prados de hierba verde. Claro, era su negocio, pero también era una escena que representaba las bendiciones de la vida, la paz y la prosperidad. Tal vez fue el trabajo duro y la tenacidad, el ahorro y el conocimiento del mercado lo que le permitió sobrevivir a la gran inundación de los valles de los ríos Mississippi y Arkansas de 1927, así como sobrevivir a la Gran Depresión y luego a la Segunda Guerra Mundial, lo que hizo que esta escena pacífica significara mucho para él.

Si bien mi abuelo reconocía las bendiciones de Dios, no comprendía que gran parte de la increíble prosperidad y bendiciones que disfrutaban los pueblos de habla inglesa de la Tierra eran el resultado directo de las promesas que Dios le hizo a Abraham milenios antes. Pero, la imagen expresada en el Salmo 23 no se le pasó por alto debido a los tiempos difíciles que había superado.

¿Ha encontrado usted "verdes pastos" y "aguas tranquilas"? Independientemente de la circunstancia o lugar, se puede tener esta condición de paz. Proviene de una comprensión del propósito de la vida y del conocimiento de cómo Dios quiere que la vivamos.

En tiempos de los Apóstoles, el apóstol Pablo escribió a la Iglesia de Filipos: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7). Y luego, en los versículos 8 y 9, dio la clave para lograr esta paz: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros".

Si abordamos nuestra vida diaria con estos principios eternos y divinos en mente y los ponemos en práctica, podremos tener las bendiciones físicas y espirituales representadas en las palabras de este hermoso Salmo 23.

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