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“¡Usted no es capaz de aceptar la verdad!" fue una frase famosa en la película A Few Good Men del 1992. El abogado naval, teniente Daniel Kaffee, al interrogar al comandante de la base, el coronel Nathan Jessup, le dice que quiere la verdad. El coronel Jessup grita en respuesta: "¡Usted no es capaz de aceptar la verdad!" ¿Es capaz usted de aceptar la verdad?
La mayoría de nosotros queremos que nos digan la verdad. No nos gusta que nos mientan. Pero la verdad puede ser inquietante y desafiante, tanto que a veces algunas personas no quieren escuchar la verdad. Es una de las desventajas de la naturaleza humana. Queremos protegernos a nosotros mismos, a nuestro ego, nuestra imagen y nuestra reputación, y no nos gusta que nos digan que estamos equivocados en algo que creemos.
Otro dicho famoso es: "La verdad os hará libres". Muchos no se dan cuenta de que fue Jesús quien dijo: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31–32).
Permanecer en Su palabra significa vivir en obediencia a toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4). La palabra de Dios es verdad (Juan 17:17). Como discípulos de Cristo debemos seguir, escuchar, aprender y practicar las instrucciones del Maestro.
Pero ¿de qué "verdad" estaba hablando Jesucristo? ¿Cómo nos hace libres? ¿Y de qué nos libera?
En Juan 8:31 Jesús les dijo a los judíos que la verdad los haría libres, pero estos se asombraron y le respondieron: “Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?” (v. 33).
La servidumbre es esclavitud. Aunque Israel había estado esclavizado en Egipto y más tarde en Babilonia, estos judíos aunque vivían bajo el dominio romano no habían sido esclavos. En su época, la esclavitud era común en Samaria, Mesopotamia, Egipto y en todo el Imperio Romano.
Pero Cristo estaba hablando de ser liberados de otra cosa. Jesús respondió a los judíos: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (vs.33–34). Todos somos pecadores (Romanos 3:23) y, por tanto, somos esclavos. Incluso las personas no religiosas probablemente admitirían que están sometidas a algunos vicios, y a pesar de que la mayoría de nosotros no nos hemos considerado esclavos, sí lo somos… del pecado. ¡Esta es la fría y dura verdad!
Pero hay esperanza. Dios en su misericordia nos perdona nuestros pecados si nos arrepentimos y aceptamos el sacrificio de nuestro señor Jesucristo.
En Romanos 6:6 leemos: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal… ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad” (vs.11-13).
Entonces, un cristiano verdadero no practica el pecado después de que ha conocido la verdad y se ha arrepentido, sino que camina en una vida nueva.
Esa es una verdad vital, una verdad que salva vidas y una verdad que usted puede aceptar si realmente aprende a buscarla.
Para obtener más información sobre el cristianismo verdadero, lea sobre verdades vitales como ¿Qué es un verdadero cristiano?, Es necesario el bautismo y Restauración del cristianismo original. Todos estos recursos gratuitos están disponibles aquí en El Mundo de Mañana.