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Un primo mío ha tenido mucho éxito en varias empresas comerciales. Él ha trabajado duro durante muchos años y ha acumulado riqueza y propiedades. Vive en la opulencia y el lujo que uno podría esperar, como casas, automóviles, barcos, un avión y una granja. Este primo ha viajado mucho en busca de sus intereses y pasiones. Con el paso del tiempo, su familia se ha desmoronado y él ha experimentado muchos dolores de cabeza y mucho dolor. Su "éxito" en realidad no le ha traído la tranquilidad y ni la satisfacción que pensaba.
Cuando veo a este pariente, con poca frecuencia, siempre me hace la misma pregunta. Después de nuestro saludo inicial, dice: "Oye, ¿qué haces para divertirte?" Como pueden ver, después de toda una vida de trabajo, el ya no encuentra mucho placer o alegría en sus logros y todavía está buscando ese algo que pueda llenar el vacío en su vida; pero él no es el único.
La industria del cine está floreciendo con más lanzamientos de películas cada año, lo que genera enormes ganancias para los productores a medida que la gente llena los teatros para entretenerse y perderse por un momento en un mundo de fantasía.
Ciertamente, no está mal disfrutar de un juego o ver una buena película, siempre que se haga en equilibrio y que no se convierta en una distracción de las cosas básicas que conforman una vida feliz. El rey Salomón de Israel, a quien Dios le dio el don de gran sabiduría, escribió “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora…. tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar” (Eclesiastés 3:1–4).
Como seres humanos, debemos encontrar tiempo para jugar, para disfrutar de algo que nos brinde deleite y placer, pero siempre con moderación y nunca a expensas de los demás. Cualquier cosa o actividad que quebrante uno de los Diez Mandamientos o ridiculice los principios divinos, simplemente no es divertido ni gracioso. Si una actividad es saludable, como el ejercicio físico, o si lo desafía intelectualmente, aumentando su conocimiento en algo que valga la pena, entonces es estimulante y beneficioso. Hay un vacío que nos carcome a todos los seres humanos que no se puede llenar con cosas físicas o pasatiempos, aunque muchas personas tratan de calmar ese sentimiento con trabajo, "cosas" o actividades de ocio.
Tanto para los jóvenes como para los mayores, jugar es importante para desarrollar la vida equilibrada que nuestro Creador quiere que tengamos. Entonces, ya sean juegos de mesa, producciones teatrales o novelas, conciertos sinfónicos o películas, juegos deportivos o caminatas en el parque, tales actividades nos ayudan a mantener un equilibrio saludable en nuestras vidas. Pero no se equivoque: estas actividades satisfacen solo temporalmente y no sustituyen una relación cercana con Dios, una relación que solo puede desarrollarse con el tiempo cuando buscamos primeramente Su Reino, como dijo Jesús el Cristo en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas ".
Espero que mi primo algún día encuentre lo que le falta en su vida, y su trabajo y su diversión finalmente le den lo que él realmente quiere: "La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4: 7).
¿Qué hace usted para divertirse? Es una gran pregunta. Si desea crecer viviendo una vida equilibrada como cristiano y en su amor a Dios, solicite nuestro folleto gratuito Los Diez Mandamientos.