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¿Sabía que la gran mayoría del consumo mundial de carne (sin incluir el pescado) proviene de solo cinco animales? Sin embargo, el que encabeza la lista es también el único que la Biblia prohíbe expresamente: la carne de cerdo. Muchos están familiarizados con este hecho, pero pocos entienden la razón y la sabiduría detrás de esto.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la carne de cerdo, pollo, vaca, oveja y cabra representa aproximadamente el 98 por ciento de toda la carne que se consume en el mundo. Informes recientes de la FAO muestran que la carne de cerdo constituye la mayor parte con un 36 por ciento, seguida por el pollo (33 por ciento), la carne de res (24 por ciento) y la cabra y el cordero (5 por ciento). Muchos piensan que la prohibición de comer cerdo establecida en la Biblia es pintoresca, una tradición, o tal vez incluso una superstición, pero la razón es bastante práctica y sirve para resaltar la comprensión de Dios sobre su propia creación y su preocupación por el bienestar y la salud de la humanidad.
Entonces, echemos un vistazo a algunas investigaciones médicas que brindan evidencia de los riesgos potenciales para la salud relacionados con el consumo de la carne de cerdo y cómo esto respalda la instrucción dietética de la Biblia.
Un artículo de Psychology Today de 2012 ("¿Sigue siendo peligrosa la carne de cerdo?") y un artículo de Healthline.com de 2017 ("4 peligros ocultos de la carne de cerdo") apuntan los posibles riesgos para la salud relacionados con el consumo de la carne de cerdo. Ambos artículos hacen referencia a estudios científicos en los que la evidencia muestra una correlación entre el consumo de carne de cerdo y las siguientes enfermedades graves, solo por mencionar algunas:
Estas fuentes, como suele ser el caso, muestran cómo la investigación y la ciencia modernas a menudo respaldan la Biblia, incluso en áreas relacionadas con la salud y la medicina. Dios dio muchas instrucciones dietéticas en el Antiguo Testamento, especialmente en Levítico 11 y Deuteronomio 14.
Levítico 11 describe la instrucción de Dios que se relaciona con los cerdos: “Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia, pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo… También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo. De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.” (vs. 4, 7–8).
Levítico 11 y Deuteronomio 14 muestran que la mayoría de los animales no fueron creados para ser comidos, sino para cumplir otros propósitos (para obtener más detalles, consulte nuestro artículo "Si lo piensa bien… ¡no lo comería!. Estas leyes dietéticas, aunque no fueron codificadas hasta la época de Moisés, documentaron animales limpios e inmundos, principios que existían mucho antes de Moisés, como se ve en las instrucciones de Dios a Noé de llevar al arca más animales limpios que animales inmundos (Génesis 7:2).
A menudo se cree incorrectamente que algunos pasajes del Nuevo Testamento eliminan las leyes de las carnes limpias e inmundas. Esto suele ser el resultado de sacar estos versículos fuera de contexto y no considerar el resto de las Escrituras. (Vea nuestros artículos sobre Marcos 7:18–19, sobre si Jesús “purificó todos los alimentos”; Hechos 10:9–16, sobre la visión de Pedro; y 1 Timoteo 4:4, sobre la declaración de Pablo de que “todos los animales sirven de alimento”) También cabe señalar que no hay ningún ejemplo en la Biblia de que el pueblo de Dios haya comido o sacrificado un animal inmundo. Esto en contraste con múltiples ejemplos del pueblo de Dios comiendo carne de animales limpios como la carne de res (Génesis 18:7–8), cordero (Éxodo 12:1–11; Marcos 14:12) y codorniz (Números 11:31– 32).
Evidencia significativa muestra riesgos potenciales para la salud relacionados con el consumo de carne de cerdo, y es probable que no se conozcan todos los riesgos para la salud relacionados con el consumo de carne de cerdo. Los cristianos no requieren en absoluto la investigación médica para creer en la palabra de Dios, pero vale la pena señalar cuando los estudios médicos respaldan las leyes de Dios, especialmente las leyes que son ignoradas en gran medida incluso por la mayoría de los cristianos tradicionales y prueban la sabiduría práctica de sus instrucciones.
Dios dio muchas pautas y leyes relacionadas con la salud, incluidas las leyes dietéticas, y todas ellas fueron para la salud y el bienestar de la humanidad (Deuteronomio 10:13). Esto ciertamente incluye la instrucción de Dios en contra de comer carne de cerdo. En pocas palabras, Dios no creó a los cerdos para que fueran alimento para los seres humanos, y dejó en claro, miles de años antes de cualquier estudio científico, que no debemos considerar el cerdo como alimento.
Para obtener más información sobre las sencillas pautas de salud que Dios le dio a la humanidad, solicite nuestro folleto gratuito Principios bíblicos de la salud y vea nuestro video animado "Cuatro formas para conocer las diferencias entre animales limpios e inmundos" según la Biblia.