Las arenas movedizas del cristianismo convencional | El Mundo de Mañana

Las arenas movedizas del cristianismo convencional

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Las principales denominaciones protestantes de la cristiandad están en medio de una gran controversia, algunas al punto de la disolución. Millones de miembros de la Convención Bautista del Sur, la Iglesia Metodista Unida, las Iglesias Presbiterianas de América, la Iglesia Evangélica Luterana en América, la Comunidad Pentecostal Mundial, la Comunión Anglicana en los Estados Unidos y muchas denominaciones más pequeñas están en un estado de angustia. Están siendo bombardeadas con protestas y litigios por los defensores de la homosexualidad, el transexualismo y el aborto para que acepten a quienes practican y apoyan estos estilos de vida y comportamientos aberrantes. La jerarquía de la Iglesia Católica también está luchando con estas incesantes demandas. Estas organizaciones religiosas son conscientes de las claras enseñanzas de la Biblia contra tales pecados, pero no quieren alienar a los promotores que exigen reconocimiento y aceptación como miembros.

Las facciones resultantes dentro de las principales denominaciones están cada vez más insatisfechas con las respuestas de sus líderes. Algunas denominaciones están pasando por un proceso de “disociación”, dividiendo las propiedades de la iglesia, los fondos de pensiones y otros activos a medida que los ingresos se desploman debido a la disminución de apoyo.

Al observar de cerca la historia de estas iglesias que se autodenominan cristianas, se hace evidente que el compromiso, la división, la disolución y los grandes cismas han ocurrido desde los primeros siglos después de la fundación de la iglesia original.

La iglesia fundada por Jesucristo fue construida sobre una Roca (Mateo 16:18). El apóstol Pablo explicó que esta Roca era Cristo (1 Corintios 10:4). El profeta Malaquías, citando a Dios, escribió: “Porque yo el Señor, no cambio” (Malaquías 3:6). Jesús explicó los peligros de construir una casa sobre la arena, señalando que no resistiría las tormentas que seguramente vendrán (Mateo 7:26-27).

Un estudio de las prácticas de la Iglesia de Dios apostólica revela que, en los 200 años posteriores a la época de Jesucristo, muchos que profesaban seguir a Cristo, pero no se adherían a sus enseñanzas adoptaron prácticas paganas. Por ejemplo, Jesús enseñó: “Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo” (Juan 3:13). Sin embargo, un principio básico del cristianismo convencional es que el Cielo es la recompensa de los “salvos”. La creencia pagana de la “inmortalidad del alma” no tiene fundamento bíblico. Sólo Dios es inmortal (1 Timoteo 6:15-16; Isaías 57:15).

El “Rapto” es otra enseñanza popular; muchos afirman que Dios se llevará de repente a algunas personas, dejando atónitos a los que las rodean y preguntándose qué sucedió. Sin embargo, Jesús dijo que después de la Tribulación y de las señales celestiales, “… aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el Cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la Tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del Cielo, con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). Entonces, sus elegidos serán reunidos de los cuatro vientos. Pablo dio más detalles de este importante evento en 1 Tesalonicenses 4:13-18.

Los primeros cristianos siguieron las instrucciones de Cristo de guardar sus mandamientos (Juan 14:15; 15:10). Sin embargo, la mayoría de las iglesias enseñan que los Diez Mandamientos fueron abolidos o “clavados en la cruz” y la mayoría de las denominaciones ignoran por completo el cuarto andamiento: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8-11).

Cristo observó la Pascua y les dijo a sus discípulos: “Hagan esto… en memoria de mí” (1 Corintios 11:25). Sin embargo, la mayoría de los cristianos celebran la Pascua (Ester en inglés), que lleva el nombre de una deidad pagana y que está plagada de muchos símbolos de fertilidad, como conejos y huevos de colores. Cristo y los apóstoles guardaron las siete fiestas santas anuales (Levítico 23) que representan el plan de salvación de Dios para la humanidad, mientras que el cristianismo convencional observa el Día de San Valentín, Halloween y Navidad, los cuales tienen su origen en la idolatría y el paganismo.

Por lo tanto, no debería sorprendernos cuando vemos que estas denominaciones aceptan cosas que están prohibidas por la instrucción bíblica, como aceptar a homosexuales como miembros y ministros. Estos cambios son hechos por denominaciones "cristianas" que afirman seguir a Cristo, pero que construyen sobre las arenas movedizas del razonamiento humano y las presiones políticas en lugar del fundamento sólido de la verdad bíblica.

Jesús anticipó esta situación cuando dijo: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre …? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:21-23).

La iglesia que Jesucristo edificó sobre la Roca todavía existe hoy, y está predicando activamente el Evangelio del Reino de Dios, alimentando a un rebaño de congregaciones en todo el mundo y proclamando la advertencia de Ezequiel 33 sobre las catástrofes del tiempo del fin que aún están por venir.

Si desea saber más acerca sobre esta iglesia, las guías de estudio tituladas El falso cristianismo, un engaño satánico y Restauración del cristianismo original están disponibles aquí mismo en https://www.elmundodemanana.org y se pueden leer en línea o en versión impresa. Toda la literatura es gratuita.