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En películas y canciones, y como consejo de actores, cantantes y celebridades, a menudo escuchamos los mensajes: "Has lo que tu corazón te diga" y "Confía en tus sentimientos". Algunos ensalzan las supuestas virtudes de escuchar su "sexto sentido" o su "intuición psíquica". ¿El hecho de que sintamos algo, acaso lo hace una realidad? ¿Es una buena idea confiar en nuestros sentimientos? O, ¿podría meternos en serios problemas?
Los estados de ánimo, los sentimientos y la intuición pueden ser inciertos, confusos, engañosos e incluso a veces peligrosos. Algunos sentimientos pueden dejarnos con ánimo y casi eufóricos, mientras que otros pueden llevarnos a la oscuridad y la depresión. Algunos de nuestros sentimientos provienen de pensamientos felices y alegres, mientras que otros provienen de pensamientos tristes, de enojo o atemorizantes. Las situaciones, circunstancias y eventos pueden moldear nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos. ¿Hasta qué punto podemos confiar en esos sentimientos? ¿Debemos tomar decisiones basadas en lo que sentimos?
Es fácil dejar que nuestros sentimientos influyan en la forma en que interpretamos lo que vemos y oímos. “¿Me miró de manera extraña? ¿Estará hablando de mí? ¿Me estará evitando? ¿No le agrado? “Tengo un mal presentimiento sobre esto". Estos y otros innumerables miedos y sospechas pueden alimentar nuestros sentimientos. Por otro lado, los sentimientos edificantes pueden llevarnos a pensar que hemos encontrado un amigo, o incluso un futuro esposo o esposa, basándose en una breve expectativa emocional. En cualquiera de los dos extremos, las emociones pueden distorsionar la realidad y oscurecer nuestra capacidad para ver lo que está sucediendo con claridad; incluso pueden convencernos de que descartemos pruebas claras que pueden ser contrarias a nuestros sentimientos.
Más tarde, por supuesto, cuando las emociones se han calmado y volvemos a ver las cosas de manera más racional, podemos preguntarnos: “¿En qué estaba pensando? ¿Cómo pude haber sido tan tonto?” Una vez que hemos tomado el tiempo para examinar los hechos o la fuente de nuestro miedo o nuestra emoción, podemos descubrir que nuestros sentimientos nos estaban llevando en una dirección errónea.
Algunas personas creen firmemente en su capacidad de intuición. Pueden decir: “Tengo un sexto sentido, una buena intuición. Puedo presentir las cosas". La intuición se define como una percepción directa de la verdad o de los hechos, independiente de cualquier proceso de razonamiento. Considere esa definición nuevamente: “Independiente de cualquier proceso de razonamiento” ¿Suena esto como algo que realmente funciona?
Dios le ha dado a la mente humana la capacidad de inferir y de tener "corazonadas" a partir de segmentos incompletos de información. Sin embargo, siempre debemos tener cuidado de no tomar nuestras corazonadas como si fueran hechos. Una "corazonada" necesita completarse con investigación, búsqueda de hechos y análisis completo antes de que podamos estar completamente seguros de cualquier conclusión que podamos sacar.
Pero, ¿qué hay de "sentirse espiritual"? ¿Es la religión verdadera una experiencia emocional para “sentirse bien”? Por un lado, sabemos que el camino de Dios trae satisfacción y felicidad. Sin embargo, si pensamos que podemos encontrar nuestro camino "sintiendo", debemos considerar cuidadosamente algunas advertencias bíblicas:
Gracias a Dios, Él promete escribir Sus leyes en los corazones de aquellos que han recibido el Espíritu Santo. “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré” (Hebreos 10:16). La ley de Dios trae felicidad a quienes la siguen (Proverbios 29:18). Una señal de madurez cristiana es que nuestros sentimientos están cada vez más en armonía con lo que Dios ha establecido tan claramente en las Escrituras. “La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán” (Salmo 37:31). Y cuando uno aplica este camino con cuidado, aprende a apreciar verdaderamente lo que significa tener un espíritu de "poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7).
Evite las trampas que tantas personas sufren en la vida por seguir sus sentimientos y tomar malas decisiones. Lea el Comentario en El Mundo de Mañana "Decisiones" y deje que la palabra de Dios lo lleve a una mayor comprensión.