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¿Alguna vez ha navegado por Facebook, Twitter o sus correos electrónicos y ha encontrado una cita que le llamó la atención? ¿Una cita de una persona famosa, con un mensaje breve, conciso y demasiado memorable como para no compartirlo? Incluso, si usted no es del tipo de persona que "comparte" en línea, en ese momento usted hace una excepción y la envía a todos sus amigos, seguidores y contactos. Usted acaba de convertirse en otro eslabón de la cadena, difundiendo un mensaje inspirador en su red social y ahora solo espera que los "me gusta" y los comentarios comiencen a llegar.
Posiblemente no verificó si esa cita era genuina. Tal vez no tuvo tiempo, tal vez pensó que no importaba siempre y cuando haya provocado una sonrisa o le haya dado ánimo a alguien cuando estaba deprimido; en ese caso fue acertada la decisión de compartirla, ¿cierto?
Obviamente, no habrá una guerra mundial si esa información no es del todo auténtica o correcta, ¿cierto? ¿Cuánto impacto puede tener solo una o dos líneas de desinformación?
De hecho, ¿qué tanto fuego puede crear una pequeña chispa? Cuando uno piensa en esto, la información errónea, como el fuego, puede causar mucho daño.
Lo que dice la cita sobre personas, historia e incluso hechos básicos, aparentemente indiscutibles, puede aparecer en cualquier lugar del mundo y a cualquier persona, en tan solo un instante; y luego, es como si recibiéramos una "pequeña dosis de dopamina" al ver la notificación de un “me gusta” o de algún comentario. En ese momento usted siente el poder y el placer de haber compartido algo profundo y con tan poco esfuerzo. Si compartir puede difundir información tan rápidamente, e incluso puede alterar su estado de ánimo, especialmente cuando se vuelve viral entre todos sus amigos, entonces no se debe tomar a la ligera. Compartir algo puede parecer útil o divertido, incluso si es un poco cuestionable, pero nunca se puede predecir el costo de "engañar al prójimo".
Repetir un "hecho" o citas falsas puede lastimar su reputación, puede calumniar a personas que no pueden defenderse y puede influir en las personas, especialmente a los jóvenes, a creer mentiras sobre hechos conocidos y establecidos.
¿De cuál de estas ofensas le gustaría ser culpable?
En un video patrocinado por el popular sitio web "Mental Floss" se muestran varios ejemplos de citas erróneas. El presentador, John Green, aborda una variedad de supuestas citas de fuentes influyentes. Me impresiona ver cómo las cosas que ellos nunca dijeron, o que nunca debieron de haber dicho, pueden tener tanta influencia a través de la internet hoy en día.
No sé usted, pero yo no quiero ser conocido por algo que no dije.
La Biblia tiene mucho que decir acerca del poder de las palabras imprudentes e imprecisas. "Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre que engaña a su amigo, y dice: Ciertamente lo hice por broma” (Proverbios 26:18–19). En contraste, la Biblia nos dice: "El que ahorra sus palabras tiene sabiduría" (Proverbios 17:27, RV1960). A veces, tener verdadera sabiduría significa no "compartir" algo, ¡especialmente cuando no nos hemos tomado el tiempo de verificarlo!
También, podría añadir, que la Biblia misma suele ser mal citada en la internet, en forma impresa y en persona.
Tómese el tiempo para "revisar" algo antes de aceptarlo o "compartirlo", y así usted puede disfrutar más descubriendo la verdad, que difundiendo una mentira, aunque sea de manera inocente. Asegúrese especialmente de probar las cosas que se dice que están en la Biblia. Le recomendamos que estudie el Curso Bíblico de El Mundo de Mañana, para que comience a descubrir lo que la Biblia realmente dice.