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¿Tiende más la humanidad a la democracia o a la dictadura? ¿A la libertad o a la tiranía? Quienes prosperan hoy bajo un gobierno democrático pueden sentirse agradecidos, pero, ¿es la democracia una verdadera solución? ¿O hay un camino mejor?
John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos, se dirigió al legislador de Virginia John Taylor diciéndole: "Recuerde, la democracia jamás dura mucho. Pronto se gasta, se agota y se mata a sí misma. No ha habido hasta ahora una democracia que no se haya suicidado" (carta fechada 15 de abril de 1814).
¿Está nuestro mundo dirigiéndose hacia un futuro de más democracia? ¿O estamos presenciando el ocaso de la misma? Los hechos actuales en Europa hacen pensar en el surgimiento de un bloque de diez naciones formado por miembros principales de la actual Unión Europea. ("10 países para unos Estados Unidos de Europa", PressEurop, 20 de junio del 2012). ¿Significa esto que Europa se encamina rápidamente hacia un grupo central de "diez reyes" (reinos o naciones) tal como se describe en Daniel 2:33, 41-43?
Se están produciendo cambios geopolíticos masivos. La campaña presidencial en los Estados Unidos vino"a toda máquina", mientras las naciones del mundo árabe, desde Libia hasta Egipto, luchan por reconciliar los impulsos democráticos y los islámicos. El presidente Mohamed Mursi, recién elegido en Egipto, parece enfrascado en una lucha por el poder con los militares gobernantes del país (BBCNews, 10 de julio del 2012). Los políticos libios están compitiendo por el voto femenino (The Guardian, 7 de julio del 2012). En Siria continúa fluyendo sangre (BBCNews, 12 de julio del 2012). En Europa, Alemania enrumba a Europa hacia una mayor unidad a expensas de la soberanía de las naciones (Reuters, 10 de julio del 2012).
¿Y el mundo árabe? Mientras grupos como la Hermandad Musulmana conquistan posiciones dominantes y prosiguen sus luchas por todo el Oriente Medio, ¿qué estamos presenciando: El auge de la democracia o la imposición de nuevas dictaduras? Pensemos en Egipto. El conflicto entre la Hermandad Musulmana y los dirigentes militares atrincherados (BBCNews, 10 de julio del 2012), ¿es indicio de un mundo árabe que se inclina hacia una democracia abierta "de tipo occidental", o hacia un califato islámico? Quienes se alegraron de ver la "primavera árabe" y el supuesto "auge de la democracia" en el mundo árabe están viendo ahora el auge de gobiernos elegidos democráticamente ¡pero que proclaman, como lo hace la Hermandad Musulmana, su intención de poner la ley de sharía (teocracia musulmana) como ley de sus naciones! (Reuters, 5 de abril del 2012)
El filósofo griego Platón hizo una famosa advertencia: "De la democracia surge por naturaleza la tiranía, y la más agravada forma de tiranía y esclavitud sale de la forma más extrema de libertad" (La República, Libro VIII). ¿Es acertada esta advertencia? ¿Y estará empezando a ocurrir así en los Estados Unidos, Europa, las naciones árabes y otras partes del mundo actual?
Por medio de las Sagradas Escrituras, Dios revela que vendrá una forma de gobierno mejor: Mejor que las dictaduras, que las repúblicas socialistas, que las colectivas comunistas… y sí, aun mejor que la democracia, que en las palabras famosas del primer ministro Winston Churchill, es "la peor forma de gobierno exceptuando todas las demás que se han inventado" (discurso ante la Cámara de los Comunes de Inglaterra, noviembre de 1947).
Las Escrituras revelan que ni la sharía ni la democracia, ni la dictadura ni la anarquía, son el futuro que Dios ha dispuesto para toda la humanidad. La buena noticia es que el evangelio del futuro Reino de Dios trae un mensaje vital sobre la llegada de un gobierno justo y recto. ¿Y cómo será este gobierno al modo de Dios? ¡El concepto de gobierno es parte integral del mensaje del evangelio! Pero, ¿a qué tipo de gobierno se refiere el "evangelio del Reino de Dios"? Jesús llegó "predicando el evangelio del Reino de Dios" (Marcos 1:14-15). La palabra "reino" (de la palabra griega basileia) significa gobierno. El mensaje evangélico traído por Jesús tenía que ver con el gobierno de Dios que vendrá, el gobierno que se estableceráen la Tierra a su segunda venida (Apocalipsis 17:14). Cuando Cristo regrese no será elegido por la vía democrática, sino que los "reinos" del mundo pasarán a sus manos y Él gobernará como su Rey para siempre(Apocalipsis 11:15). Una faceta extraordinaria del plan de Dios, pero que muchos pasan por alto, es que los cristianos fieles que hagan la voluntad del Padre en esta vida no solamente entrarán en ese Reino glorioso, sino que Dios los nombrará para reinar bajo Cristo (Apocalipsis 5:10; 20:6; 22:5). Gobernarán en aquel Reino fundado sobre el modelo divino de un gobierno de rectitud y amor, y que se prolongará durante mil años (Apocalipsis 20:4-6) y más, "por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22:5).
Jesucristo reveló que la totalidad de la ley de Dios se funda en dos principios: amor a Dios y amor al prójimo (ver Mateo 22:36-40). Es más, la naturaleza misma de Dios se expresa como amor (1 Juan 4:8, 16). No es solo que la ley de Dios se base en el amor, sino que Él y su gobierno son además buenos (Marcos 10:18), perfectos (Salmos 18:30) y justos (Isaías 9:7). La "perfecta ley" de Dios (Santiago 1:25)no tiene defecto de ningún tipo. Por tanto, sabemos que el gobierno divino será bueno, justo, bondadoso y recto. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo, y hasta el regreso profetizado de Jesucristo y más allá, el modo de ser y actuar de Dios es constante.
Dios mismo estableció el sacerdocio en el Antiguo Testamento. Es indiscutible que este sacerdocio era hereditario y que pasaba de los nombrados directamente por Dios a los escogidos por ellos (Números 3:10; 1 Samuel 3:10-21; Jeremías 29:26). Notemos también que Dios le dijo a Moisés que nombrara a los levitas para cumplir sus labores de servicio (Números 1:50; 3:10). Desde los tiempos de Moisés hasta los tiempos de Samuel, Israel existió bajo el liderazgo de los sumos sacerdotes nombrados.
Cuando los israelitas rechazaron a Samuel, Dios dijo que en realidad lo habían rechazado a Él (1 Samuel 8:7). Luego nombró a Saúl al nuevo cargo de rey físico sobre Israel (9:17). David sucedió a Saúl en el trono (16:12). De los muchos reyes que siguieron, unos fueron en general rectos y otros fueron en general malos.
En el Nuevo Testamento, cuando se ofreció el Espíritu Santo a los cristianos, Dios continuó este patrón de nombramientos al cargo (Juan 20:21-22; Hechos 2:2-4). Notemos la selección de siete diáconos (Hechos 6:3) y cómo Tito nombró a unos ancianos por instrucción de Pablo (Tito 1:5). Dios espera que sus ministros hoy sepan discernir su voluntad, acogiéndose al Espíritu Santo y a los recursos de la oración y el ayuno, para determinar quiénes deben ser nombrados en los cargos directivos. Dios no aprueba ni la opresión ni el abuso del poder. Espera que los que dirigen sean siervos (Marcos 10:44). Tal como quiso en la antigua Israel, así lo desea hoy en su Iglesia y así será en el futuro Reino de Dios. ¡Y en ninguna parte de las Escrituras vemos la selección de esos siervos por medios políticos, por votación ni por democracia!
Los cristianos en el mundo actual están sujetos a las autoridades gobernantes (Romanos 13:1; Tito 3:1). Pero al mismo tiempo esperan la llegada del Reino de Dios, un gobierno que regirá al mundo sobre el planeta Tierra, y oran con fervor pidiendo la llegada de este Reino (Mateo 6:10). Aquel gobierno no va a practicar lo que hoy llamamos democracia ni dictadura. Tampoco practicará el "capitalismo de amigotes" ni el "socialismo del estado". En su lugar, el Reino de Dios será una monarquía teocrática, con Jesucristo a la cabeza como Rey de reyes y Señor de señores (Lucas 19:11-19; 1 Corintios 6:2; Apocalipsis 2:26-27; 11:15; 19:16). Y, como expresamos antes, los cristianos fieles de hoy, los que en esta era hayan obedecido fielmente al Salvador, y que hayan vivido conforme a la ley divina escrita en su corazón (Hebreos 10:16), gobernarán bajo Él (Apocalipsis 1:6; 5:10). ¡Enseñarán a todos lo que es el gobierno recto y la correcta adoración! (Isaías 30:21; Miqueas 4:2). Será un tiempo en que se hará realidad la promesa de Isaías 9:7: "Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite". ¡Que llegue pronto ese día!