Su ascensión y conquistas fueron rápidas y furiosas, pero su vida sería breve. Como estaba profetizado, había hecho de Grecia el imperio más grande de la Tierra. Pero después de someter a muchas naciones, el joven Alejandro Magno ahora agonizaba en Babilonia. Según un relato, cuando Alejandro estaba cerca de su muerte, uno de sus lugartenientes le preguntó a quién se le daría el imperio. Él respondió: "Al más fuerte".