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El domingo, los 27 miembros de la UE aprobaron por unanimidad el plan “Brexit” presentado por la primera ministra británica Teresa May y su equipo, a pesar de un intento de última hora por parte de España para reavivar el debate sobre Gibraltar (BBC, 25 de noviembre de 2018). Gran Bretaña está ahora un paso más cerca de salir “pacíficamente” de la UE el 29 de marzo de 2019. El plan, denominado por los líderes europeos como “el mejor y único acuerdo posible”, ahora será revisado por el parlamento del Reino Unido antes de ir a votación en diciembre.
Sin embargo, existe una desaprobación significativa en el parlamento del Reino Unido y nadie está seguro de cómo terminará esa votación (Deutsche Welle, 25 de noviembre de 2018). La primera ministra May tiene aproximadamente un mes para convencer a los parlamentarios británicos de votar a favor del plan “Brexit”. Si el parlamento del Reino Unido no acepta el acuerdo “Brexit” de la señora May, podría llevar a un “Brexit difícil” en marzo: la salida de Gran Bretaña de la UE con sanciones significativas y una posible devastación para la economía británica y de la UE. Los próximos cuatro meses son críticos para el destino de Gran Bretaña. Dada la discordia dentro de sus fronteras sobre los detalles de este “divorcio” de la UE, las personas del Reino Unido no están verdaderamente “unidas”.
Durante mucho tiempo las profecías bíblicas han predicho que los pueblos de descendencia israelita sufrirán serias consecuencias por apartarse de Dios y serán llevados en cautiverio antes del retorno de Jesucristo (Levítico 26:14-20; Deuteronomio 28:15, 32, 45-52; 31:29; Oseas 7-8; Amós 5:1-3). Este “divorcio” de Europa por parte de Gran Bretaña podría coincidir con estos acontecimientos proféticos, incluso provocando una mayor animosidad contra Gran Bretaña por parte de los países miembros de la UE que podrían buscar venganza en el futuro. Lo que pocos entienden es que la Biblia identifica a los pueblos británicos y predice su futuro. Para más información sobre este tema, lean o escuchen Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía.