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Estamos rodeadas de publicidad, de anuncios de modelos con figuras perfectas, de revistas, programas de ejercicios y de dietas de moda; a donde quiera que miramos parece que estamos siendo presionadas para que sintamos la necesidad de ser mujeres "perfectas". Parecernos a una supermodelo no es realista, pero si hay acciones que podemos tomar para mantenernos sanas y fuertes. Como cristianas sabemos que "el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Eterno mira el corazón" (1 Samuel 16:7). Si bien debemos preocuparnos principalmente por nuestra salud espiritual, también es importante cuidar de nuestra salud física, lo que también es una manera de glorificar a Dios en nuestros cuerpos temporales (1 Corintios 6:19–20).
Refiriéndose a la mujer virtuosa Proverbios 31, dice: "Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos" (Proverbios 31:17). Esta escritura no se refiere a una mujer débil, se refiere a una mujer que no perdía el tiempo, que estaba siempre ocupada; que trabajaba con las manos y que se levantaba cuando aún era de noche. Nada sobre la mujer virtuosa indica impotencia. No debemos obsesionarnos con nuestra apariencia exterior, buscando la vana perfección; pero, el ejercicio con moderación, es una forma en la que podemos “estar saludables".
A algunas personas les resulta abrumador o confuso hacer ejercicio y no saben por dónde empezar. Pero en Filipenses 4:13 se nos dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Nada es imposible para Dios, y el ejercicio también puede centrarse en Cristo y hacerse para Su gloria, ya que Él es nuestro Creador. El ejercicio puede ser una gran experiencia de aprendizaje y crecimiento.
Las siguientes son algunas áreas donde el ejercicio puede ser beneficioso:
El hacer ejercicio puede inculcarnos una actitud positiva y proactiva, y puede mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra autoestima. Incluso hay muchas alternativas al “ejercicio” tradicional, como bailar.
Aún si nos damos cuenta o no, otras mujeres y jovencitas están observando nuestro ejemplo. Con tantos pensamientos negativos sobre la imagen corporal y personas que quieren hacer sentir mal a otros en el mundo de hoy, especialmente a otras mujeres, deberíamos estar animándonos mutuamente y ejerciendo una influencia positiva que tenga resultados duraderos. Cuando nos sentimos bien con nosotras mismas, nuestro estado de ánimo y actitud mejoran y los que nos rodean se percatan de ello, y entonces estamos a un paso más cerca de alcanzar los verdaderos estándares de la belleza: el sacrificio, el servicio y un deseo constante de mejorar.