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Las caídas son muy peligrosas, a menudo causan lesiones y, a veces, incluso la muerte. En la vida nos caemos muchas veces, cuando aprendemos a caminar, cuando practicamos deportes en nuestra juventud y aún como adultos en nuestros hogares cuando tropezamos con algo. Una caída puede ser muy peligrosa cuando somos ancianos, cuando nuestro paso no es firme y nuestros huesos son frágiles. Pero también podemos caer espiritualmente. ¿Por qué caemos y qué podemos hacer para evitarlo?
La mayoría de las veces, caemos porque nos tropezamos descuidada o torpemente con algo, o porque nos resbalamos sobre una superficie mojada, y en fracción de segundos, mucho más rápido que el pensamiento, ya estamos en el piso, el pavimento o el suelo. Por lo general, no sufrimos lesiones reales aparte de la vergüenza, por lo que nos levantamos rápidamente esperando que nadie lo haya notado.
Hay caídas que pueden evitarse si se actúa con cuidado como cuando estamos en una escalera o sobre una silla. Veamos algunas formas en las que podemos evitar contratiempos físicos desastrosos.
Muchas empresas, escuelas y entidades gubernamentales llevan a cabo evaluaciones de riesgos para proteger a empleados y clientes, y así evitar costosos litigios y seguros. También podemos tomar medidas personales para reducir el riesgo de caídas. Por ejemplo, las escaleras deben tener antideslizantes, un pasamanos, y suficiente iluminación. También, los tapetes deben estar en su lugar y utilizar zapatos con suelas anti deslizantes puede ayudar.
¿Qué precauciones podemos tomar para evitar caer en asuntos espirituales? La Biblia contiene muchas advertencias y algunos remedios. ¿Cuáles son algunas de las causas de las caídas espirituales? Por ejemplo, "El que confía en sus riquezas caerá..." (Proverbios 11:28). No podemos confiar en las riquezas y no debemos "caer" a causa de las riquezas.
Otra causa de las caídas espirituales es el orgullo. "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu" (Proverbios 16:18). 1 Corintios 10:12 ofrece un buen consejo al respecto: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga". No deje que el orgullo lo haga caer.
Otra causa es la simple desobediencia. Como los niños pequeños que desobedecen alguna advertencia de sus padres, nosotros muchas veces desobedecemos los mandamientos amorosos de nuestro Padre. Él nos los dio los mandamientos para protegernos y evitar que nos hagamos daño a nosotros mismos. Hebreos 3:12 advierte "que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo". Muchos israelitas murieron en el desierto, sin poder entrar en la tierra prometida. Se nos advierte que "Procuremos, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia" (Hebreos 4:11). No caigamos en la incredulidad y la desobediencia.
Finalmente, seguir ciegamente a otros realmente puede hacernos caer. Jesús advirtió sobre aquellos que son "…ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15:14). No caigamos en las perversas enseñanzas de los guías ciegos.
Podemos encontrar una muy buena advertencia en 2 Timoteo 4:3-4 “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". Debemos estar vigilando para evitar ser engañados y para ello debemos saber y hacer lo que Dios realmente dice.
Caer es peligroso para la salud física y espiritual. Dios "es poderoso para guardaros sin caída" (Judas 1:24). No caigamos en la apostasía, ni caigamos en la rebelión contra Dios. ¡Lea "Vienen los falsos profetas" en ElMundodeMañana.org!