Los beneficios de comer juntos

Muchos padres saben que las comidas familiares juegan un papel importante en la salud de los niños. Numerosos estudios muestran que “los niños que comen con sus familias les va mejor en la escuela y tienen un vocabulario más amplio. También tienen tasas más bajas de depresión, ansiedad y trastornos alimenticios, así como dietas más saludables y mejor salud cardiovascular” (The Conversation, 30 de abril de 2021). Investigaciones recientes revelan que comer juntos, con los niños u otras personas, también beneficia a los adultos. Los adultos que comen con otras personas, en lugar de comer solos, tienden a comer más frutas y verduras y comen menos comida rápida, además, comen más lentamente (lo que reduce el riesgo de comer en exceso) y comen cantidades más pequeñas. Los adultos y los niños que comen solos mientras ven televisión tienen un mayor riesgo de ganar peso.

Además, los padres que comen regularmente con sus hijos “informaron niveles más altos de funcionamiento familiar, mayor autoestima y niveles más bajos de síntomas de depresión y estrés”. Otro estudio de padres con bebés y niños pequeños encontró que “las parejas que daban más significado e importancia a las comidas familiares estaban más satisfechas con su relación matrimonial”.

Jesús comió con sus discípulos en varias ocasiones (Marcos 14:17-18; Juan 21:10-12). La Biblia instruye a los padres a enseñar a sus hijos: “estando en tu casa” (Deuteronomio 6:7) y señala que los primeros cristianos aprovechaban las oportunidades de reunirse para disfrutar comidas entre ellos (Hechos 2:42, 46). Comer juntos es una manera maravillosa y beneficiosa de seguir su ejemplo, especialmente durante este tiempo de aislamiento social debido a la pandemia. Al considerar maneras de mejorar nuestras relaciones familiares, nuestros matrimonios y nuestra salud personal y mental, el comer juntos es una clave muy importante. Para más información sobre cómo estar más saludables, lean Principios bíblicos de la salud.